No hay en el mundo mayor placer que unos sencillos huevos fritos, pero si los huevos son de oca el placer se multiplica por tres. Pues 1 a 3 es la relación, en cuanto a tamaño, que un huevo de oca tiene frente al más convencional de gallina.
Poseen un sabor intenso con toques amargos pero realmente agradables. Su yema es proporcionalmente más grande, de color amarillo intenso y textura mucho más untuosa, tanto que si los usamos para hacer flan el resultado se aproximaría más a un tocino de cielo que nos haría levitar.
Los huevos de oca son los grandes desconocidos, hasta fechas cercanas las ocas tan solo eran protagonistas por el foie gras y el paté, por su carne como ave o por sus plumas como aislante perfecto en abrigos y edredones. Pero ahora tiene la posibilidad de disfrutar también de sus huevos.
Entre los diferentes productores que comercializan este manjar nos hemos decantado por Ocas del Duratón, un proyecto que combina una enorme pasión por los animales, la preocupación por su bienestar y por el respeto al medio ambiente, en el que se reproduce el ciclo natural y el hábitat de las ocas, que pastorean en libertad, alimentándose de manera natural, condiciones que dejan impronta en el huevo, un producto de excelente calidad y con un exquisito sabor a campo.
Los huevos de oca destacan por su gran tamaño, con una mayor proporción de yema frente a la clara, por el intenso sabor y por la textura cremosa. Al presentar una gruesa cáscara protectora les permite alargar la caducidad, que puede llegar a los 2 meses, o más si se conserva refrigerado.
En sus características nutricionales resalta su alto porcentaje de ácidos grasos insaturados, así como su elevado contenido en minerales (hierro, zinc, potasio, fósforo y magnesio, de vitaminas de los grupos A, B y E, con una significativa propiedad antioxidante. Es decir, las mejores cualidades del huevo en tamaño XL.
Y la firma Ocas del Duratón nos sumerge en la elaboración de unos huevos de oca fritos perfectos, para lo que propone los siguientes consejos:
– El huevo está compuesto de dos partes fácilmente identificables, el centro o yema, de color amarillo (que debe estar líquida en el huevo frito), y la parte blanca que la rodea, la clara (que debe estar sólida con los extremos crujientes) Estas dos partes se preparan juntas, y es habilidad del cocinero mantener los tiempos de fritura bien vigilados (por regla general entre los dos o tres minutos) para poder hacer un buen huevo frito con la textura y los aromas apropiados.
– Hacer los huevos fritos con huevos a temperatura ambiente (10 °C a 20 °C) y estables previamente durante varias horas, en ningún caso recién sacados del refrigerador (este es un error frecuente).
– Emplear huevos frescos, los que se han conservado van perdiendo la humedad interior a través de sus poros y dejan un producto final no tan apetecible. Los huevos frescos sufren menos roturas de las yemas cuando se elaboran.
– Tener bien caliente el aceite, listo para freir un huevo, que se suele romper directamente sobre la sartén. Por esta razón es mejor emplear aceites con alto punto de humo: como el aceite de oliva (180 °C). La temperatura ideal del aceite es a 120 °C. A mayor temperatura se pierde la textura tierna pero se gana en sabor.
– Realizar uno o dos huevos fritos cada vez, dependiendo de la superficie del fondo de la sartén, a mayor superficie mayor número de huevos fritos simultáneos. Si se deben freir varios en poco tiempo lo mejor es emplear diversas sartenes.
– No verter la sal hasta haber terminado de freír completamente el huevo en la sartén. – Generalmente lo hace cada comensal o se hace fuera de la sartén (en ningún caso durante la fritura del huevo). La sal maldon es la más aconsejada.
– Servir caliente y recién frito a los comensales, no conviene esperar ni un minuto, ya que el huevo frito queda de otra forma aceitoso y la yema empieza a cuajar.
– Emplear una espumadera para recoger el huevo frito de la sartén o poder darle la vuelta (operación esta poco frecuente cuando se trata de huevos fritos).
– Para evitar que al freír el huevo el aceite salpique en exceso hay un procedimiento sencillo y que no altera el gusto ni el aspecto del huevo: cuando el aceite está suficientemente caliente espolvorear un poco de harina y seguidamente echar el huevo en la sartén.
Pero si quiere probar los huevos de oca con alguna forma más sibarita apunte la siguiente…
Receta de huevo de oca poché con salmón marinado al eneldo y salsa holandesa
Ingredientes:
70 gr de salmón marinado
1 Huevo de Oca del Duratón
Para la salsa holandesa:
1 yema de huevo
50 gr de mantequilla
Zumo de medio limón
Sal
Pimienta
Coge un cuenco y cúbrelo con papel film engrasado ligeramente con unas gotas de aceite. Casca un huevo de Ocas del Duratón y echa la clara y yema dentro del cuenco con una pizca de sal. Ciérralo de tal manera que se quede dentro de una bolsita de film procurando evitar que se quede aire en el interior. Átalo en su parte superior con una cuerda.
Pon a hervir agua en un cazo y echa el huevo cerrado herméticamente en el film hasta que se poche (9 minutos).
Deja enfriar, sácalo del papel film y colócalo sobre una tosta de pan. Cúbrelo con salsa holandesa y añade las láminas de salmón marinado al eneldo.
Preparación de Salsa Holandesa
Con unas varillas monta las yemas con el zumo de medio limón. Funde la mantequilla sin que llegue a hervir, y añadela poco a poco a las yemas con limón y sigue batiendo hasta que se ligue y resulte una salsa cremosa. Salpimentar.
Receta cortesía de la web Ocas del Duratón
Más información, pedidos o compra on-line en nuestra web www.hermanos-gomez.es