Poderosos antioxidantes y alta concentración de vitamina C, los frutos rojos se han posicionado como los paladines de la alimentación sana. Quizás no llegue a tener la facultad de rejuvenecer, pero es seguro que posibilitan que el cuerpo se mantenga en el mejor estado posible de bienestar.
Aunque en la naturaleza el color rojo es sinónimo de alerta, los brillantes frutos rojos representan, por el contrario, la esencia de características y cualidades irresistibles, asociadas a diversas sustancias que prometen, entre otros beneficios, el antienvejecimiento y la prevención de dolencias cardiovasculares.
La inclusión de estos frutos en nuestra dieta significa, en lo estético, colores intensos y alegres que dan prestancia a las elaboraciones, en el paladar, intensos sabores que ocupan toda la gama de sensaciones, desde lo dulce a lo ácido, y en lo alimenticio, son fuente de fibra, vitaminas, minerales y oligoelementos, acompañado de sustancias tan milagrosas como los flavonoides, antiocianina y compuestos antioxidantes que protegen nuestras células de los radicales libres, estimulan las defensas, fortalecen nuestro cuerpo y aumentan la capacidad cognitiva. Todo ello en pequeños frutos y bayas, en muchos casos silvestres, de forma y apariencia sugerente que pueden, y deben, alegrar diariamente nuestros menús.
Lo perfecto es comprar este grupo de frutas cuando están en un grado de madurez iniciado o, si el consumo ha de ser inmediato, incluso avanzado. Debes guardarlas en el frigorífico, o mantenerlas, al menos, apartadas del calor y la luz, ya que son enemigos irreconciliables.
En general, no resulta conveniente despojarlas de su tallo hasta que las vayas a trocear para su consumo. También es recomendable no partirlas con mucha antelación.
El lavado previo a su consumo ha de realizarse de manera minuciosa, pero siempre con agua fría y con el fruto entero, para evitar que ciertos componentes se pierdan en el agua. Además, no es buena idea dejarlas en remojo, porque las pérdidas nutritivas son mucho mayores.
Arándanos rojos: ricos en antioxidantes
Arándanos: son unas frutas especialmente ricas en antioxidantes. Además, ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares, diferentes tipos de cáncer y son útiles para mejorar la circulación y combatir el colesterol.
Grosellas: favorecen el sistema inmunológico y son auténticas bombas de vitamina C
Cerezas: ricas en betacarotenos, además de ser depurativas y diuréticas. Para las del Jerte aún tendremos que esperar, pero puede darse el placer de probar las Cerezas Cherry Glamour, cultivadas en Lleida y consumidas en las mesas más exclusivas del todo el mundo.
Frambuesas: son unas frutas muy ricas en vitamina C, una reconocida vitamina con beneficios antioxidantes que ayuda a la hora de prevenir el cáncer, a la vez que neutraliza los diferentes efectos negativos de los radicales libres. Sin olvidar que permite paliar los síntomas de los procesos alérgicos.
Fresas y fresones: bajo contenido en azúcar, beneficiosas para combatir al anemia, perfectas por sus beneficios desintoxicantes y refrescantes, y por la multitud de recetas en las que se puede incluir. Atención a nuestras fresas cultivadas, perfectas en forma, color y sabor, o al fresón de Palos.
Moras: idóneas para la eterna pelea contra el colesterol, pues ayuda a reducir el colesterol LDL, en román paladino: el malo, mientras que potencia el HDL, el bueno, además de reducir el riesgo de arterioesclerosis.
Si prefiere un consumo inmediato de la mejor combinación de diferente frutos rojos les sugerimos los zumos antioxidantes elaborados cada día y que encntrará en nuestra sección de frío. comercializados por la marca Be Fresh!
Sugerencias:
Espárragos, de los que comienzan a desbordar nuestros puestos, ya sean los trigueros, de la vega del Tajo a su paso por Aranjuez, o potentes espárragos blancos de la huerta de Navarra. Unos y otros, según la preparación que desee realizar, dan como resultado un primer plato magnífico y sano.
Nísperos, anuncian la llegada del buen tiempo. Sabrosos y perfectos para comenzar la operación «bikini» de cara al verano.
Setas de primavera: un año propicio en lluvia da como resultado una buena oferta de setas de temporada. Aproveche las colmenillas o los perrechicos, estos lujos efímeros permite platos excelsos.
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