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Carnes Cesáreo Gómez: con falda y a lo loco

Falta de añojo extremeño

Se ponga como se ponga la OMS, con sus titulares apocalípticos, la carne es fundamental en una dieta equilibrada, bien balanceada, donde se integren toda la gama de productos que la dieta mediterránea propone  y en la que la carne aporta proteínas de alta calidad. Nuestra obligación, como suministradores de alimentos, es ofrecer el más alto nivel de excelencia en la materia prima que comercializamos.

Desde hace mucho tiempo Carnes Cesáreo Gómez esta íntimamente vinculada a los cortes de vacuno supremos, somos uno de los comercios de referencia a la hora de adquirir chuletones y solomillos de terneras y bueyes gallegos, o de añojos extremeños. Pero ni queremos, ni podemos, olvidarnos de otras piezas del vacuno que sin contar con tanta reputación como los anteriores, representan una opción óptima y más económica para preparar platos cárnicos.

Para desgracia del consumidor la evolución genética no ha dado en crear ejemplares con 36 solomillos o un costillar kilométrico, por ello debemos saber aprovechar cada corte en la seguridad que cada uno de ellos tiene su lugar y cometido en la gastronomía.

Estofado de falda de ternera

Una de esas piezas de vacuno que nos ofrece un  sinfín de posibilidades es la falda. Zona que se localiza en la parte inferior del abdomen, extensible desde las últimas costillas hasta las extremidades posteriores.
Es una pieza grande con forma rectangular y aplanada. La mayor parte de esta pieza es muy melosa y con infiltraciones de grasa, y de alto rendimiento pues su porción comestible es de 95 gramos por cada 100 gramos de producto fresco.
Como el resto de otras partes del vacuno es una fuente de proteínas de calidad, grasa monoinsaturada y saturada, hierro y zinc de elevada biodisponibilidad.

Fibrosa y rica en gelatina es una carne de muy buena calidad y altamente sabrosa, perfecta para elaborar guisos, estofados, asados, para rellenar o para picar.

Corte de asado de tira

En estofados, la falda representa aquello que se ha dado en etiquetar como un “plato de abuela”, pues es parte del recetario más tradicional y está presente, sobre todo cuando llegan los fríos, en cualquier mesa. Las características gelatinosas de esta pieza de carne de vacuno le prestan una untuosidad ideal.

Impecable para rellenar, aunque no hay dos recetas iguales porque todo dependerá de los ingredientes utilizados para el relleno y de la complejidad de la salsa con que se acompañe. Resulta un plato muy socorrido, de buena presencia y que puede funcionar como aperitivo o como plato principal acompañado de una ensalada. Un plato de lo que se podía denominar “de fondo de nevera”.

Falda de vacuno rellena

En horno o a la parrilla su comportamiento es ejemplar, aunque en este caso pídala con hueso, que aportará en el proceso mayor sabor a la preparación. No se olvide que tenemos una larga experiencia en realizar cortes argentinos, tipo asado de tira, que representa la quintaesencia de la forma de consumir carne del país donde los buenos carnívoros y los peloteros futbolísticos son legión.

Tradicionales fajitas de falda de vacuno

Más información, reservas o pedidos telefónicos en nuestra web: http://www.carnescesareogomez.es/

Web de Carnes Cesáreo Gómez

Web de Carnes Cesáreo Gómez

¿Se acuerdan de «Careta»? Pues volvemos a tener una supervaca

Chuletones de vacuno gallego

Siempre se ha dicho, y esto es el catecismo en el comercio de alimentación, que el argumento con más peso es conseguir parámetros estables de calidad en los productos. Que el cliente siempre tenga la seguridad de adquirir buena carne. Pero hay ocasiones que surge lo extraordinario, aquello que en contadas ocasiones y producto de circunstancias irrepetibles, se convierte en algo excepcional.

 

Pues de la excepcionalidad en la carne hablamos, pues estamos en el convencimiento que hemos conseguido un ejemplar de vaca que nos hará rememorar aquel mito gastronómico y mediático que represento la vaca «Careta» hace unos años. Volvemos a tener una «supervaca». Con ella comparte un extraordinario físico y una ascendencia genética impecable, una forma de crianza como solo se puede dar en la Galicia profunda, que se transmite en un sabor especial, absolutamente único.

Nos apostamos el bigote de Manolo a que el ejemplar de vaca que sale a la venta en estos días, procedente de Galcarnes, es comparable a aquella Careta que en 2008 cosechó los mayores piropos de comensales y expertos. Rememoremos aquellos tiempos para que los que tuvieron la oportunidad de conocerlo vuelva a evocar esos recuerdos, y a los que no tuvieron oportunidad se pongan en situación.

La vaca Careta en la prensa

Artículos sobre la vaca Careta en El Mundo y 20Minutos

La vaca Careta fue una bendita rareza, a sus 10 años se la destinó al matadero con 1.400 kilos de gran corpachón, después de una vida a cuerpo de rey en un establo de Carral (A Coruña), con los mimos que le proporcionaba su dueña Agustina.

“Era más cariñosa que la gente”

Una vaca cruce de frisona y raza gallega que disfrutó de una existencia especial. Aunque dedicada en sus comienzos a la reproducción, tan solo tuvo un ternero a la edad de 2 años, y tampoco se la dedicó a la producción de leche. Para su dueña era bastante beneficio su mansa presencia en la cuadra y las visitas que la prodigaba varias veces al día, para entablar «conversación» y prepararle la comida.
Y en esto los mimos se prolongaban, pues la mítica Careta desconocía el sabor del pienso, su dieta se basaba en harina de maíz, mazorcas, pan, berzas, nabos, hierba y agua caliente. Como se hacía antaño. Esto, en proporciones pantagruelicas, y una absoluta falta de ejercicio dio como resultado un físico descomunal y, sin duda, fue el secreto del sabor que proporcionó a su carne.

Su fama en aquel tranquilo valle de Barcia se fue acrecentando y no eran pocos los que se acercaban a ver tan inusual ejemplar, entre los que no faltan intermediarios que tentaban a Agustina con suculentas cantidades para cerrar su venta.

Si hubiera sido por su dueña habría acabado sus días con la misma tranquilidad con los que habían trascurridos sus 10 años de edad, pero dejó de comer y se tuvo que tomar la decisión. Careta dejó su establo para escalar al cielo del gourmet.

Su adquisición por nuestra carnicería coincidió con el efecto mediático. Todos los medios de comunicación se hicieron eco de la noticia de esa vaca gallega que en vida se había convertido en una supervaca y que se convirtió en 115 kilos de chuletón, 14 de solomillo, 220 kilos de perniles… Todo en ella era macrocifras.

La supervaca de Galcarnes

Pero su fama se acrecentó a la hora de poner a la venta los kilos y kilos de carne.  La combinación de fama y el resultado de su sabor convirtió nuestra carnicería en una auténtica locura. Los clientes solicitaban directamente no carne de vacuno, o carne de vaca gallega. Todo pedido se ceñía a “quiero carne de la Careta”.

Sirva como anécodota de aquellos días la siguiente historia. Un cliente habitual cuya hija pequeña no parecía tener debilidad por comer carne, disfrutó de tal manera con su primer filete, que pertenecía a nuestra afamada vaca, que pasado el tiempo su padre seguía utilizando el ardid de contarle que aquella vaca seguía siendo el origen de la carne que se comía.

Documentación de la supervaca de Carnes Cesáreo Gómez

Documento de nuestra supervaca

Pues la nueva supervaca comparte una buena parte de la historia existencial de aquella estrella cárnica. Como ella, es el fruto de un cruce bien estudiado, de una vivencia plácida y sin estrés en las praderas y establos gallegos, de una alimentación natural, de todos los cuidados y mimos que su ganadero le ha proporcionado, de un físico desmesurado que casi triplica en báscula el peso de una vaca corriente. Pues nuestra nueva supervaca no es, para nada, corriente. Basta ver el perfil de su carne, con un entreverado que podía recordar a los jamones 5J, con el punto exacto de infiltración de grasa en el músculo, promesa de un sabor excepcional y una soberbia terneza.

Entreverado de la vaca gallega de Carnes Cesáreo Gómez

Quizás no llegue a los ciclópeos solomillos de su antecesora, pero los de nuestra nueva vaca superan los 6 kilogramos, y sus costillares alcanzan cada uno los 50 kilos. Estamos ante magnitudes no conocidas, tanto en volumen como en sabor. Palabra de Carnes Cesáreo Gómez.

Ya hemos comenzado a comercializar los primeros cortes, pero hasta principios de Diciembre, superado el tiempo de maduración óptima, no saldrán a la luz los chuletones.

Chuletones de vacuno gallego

Aproveche la ocasión y reserve con tiempo. Oportunidades como ésta se producen en contadas ocasiones. Le invitamos a probar la ambrosía en carne de vacuno.

 Más información, reservas o pedidos telefónicos en nuestra web: http://www.carnescesareogomez.es/

Web de Carnes Cesáreo Gómez

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