Espárragos de Navarra de alto standing que puede consumir a lo largo del año debidamente conservado. Un lujo gastronómico rebosante de elegancia y sabor.
Hay personajes que caen en el olvido de la historia a pesar de haber acumulado merecimientos suficientes, o un solo logro, pero de gran transcendencia. Uno de estos casos es Nicolas Françoise Appert, un confitero francés que en los albores del siglo XIX tuvo la genial idea de inventar un método para conservar los alimentos, preservándoles frescos durante largo tiempo embotados en un envase. Su ocurrencia le valió un premio en metálico y el reconocimiento de la administración napoleónica, que había convocado un concurso para conseguir un método de conservación que le permitiese suministrar alimentos a sus ejércitos, en plenas campañas bélicas por media Europa, sin peligro para su salud.
El método de Appert, que consistía en el envasado al vacío mediante el método del “baño maría”, ha sido muy mejorado con el tiempo, tanto en los sistema como en los envases, que originalmente eran tarros de cristal. Pero cuando hacemos el sencillo gesto de abrir una conserva, pudiendo degustar productos fuera de temporada, deberíamos recordar el mérito de aquel cocinero, antesala de lo que se podía considerar hoy como un “emprendedor”, que ha facilitado la vida y la alimentación a muchas generaciones.
Hasta aquí el recuerdo al inventor de la conserva. A partir de ahora nos dedicaremos a degustar una de las mejores conservas que encontrará en nuestros estantes y anaqueles: espárragos crema de Conservas El Juncal, una cotizada delicatessen que elabora esta empresa familiar desde hace más de 35 años en la localidad de Fitero y cuya fama se ha labrado con la selección de las mejores materias primas de la huerta Navarra y con un control exhaustivo de los parámetros de calidad y seguridad alimentaria.
Al margen de otras conservas vegetales de alta calidad su “buque insignia” son los espárragos blancos Crema Extra, elaborados al natural, de un calibre muy grueso y de exquisitez extrema. Tan cotizados que una vez comienza su campaña de comercialización anual se desata una verdadera fiebre para conseguir parte de este suculento botín y poder satisfacer las peticiones de los consumidores, ávidos de tener en la despensa unas latas de este tesoro.
Y es que la denominación Indicación Geográfica Protegida del Espárrago de Navarra es un objeto de deseo: de color blanco, textura suave y escasa fibrosidad, se recolecta diriamente por la mañana temprano, antes de que salga el sol, lo que evita que sus rayos puedan dañar el producto. Una vez desenterrado se enfrían rápidamente en agua, se lavan y se pelan, se les escalda y se clasifican según sus características, antes de envasar siguiendo estrictas normas de control y esterilización.
Para apreciar sus mejores cualidades hay que consumirlos siempre a temperatura ambiente.
Receta de espárragos rebozados rellenos de jamón ibérico
Ingredientes (4 personas):
12 espárragos de lata muy gruesos
150 gr. de jamón ibérico en lonchas
2 huevos
Harina
Aceite de oliva virgen extra.
Extraemos los espárragos de la lata, los escurrimos y los dejamos secar sobre papel de cocina.
Hacemos un corte a lo largo, sin que llegue a separar los espárragos en dos mitades, así serán más fáciles de manipular.
Cortamos el jamón en tiras, las introducimos en cada espárrago, cerramos y los enharinamos.
Bañamos los espárragos enharinados en huevo batido, y los freímos en aceite de oliva virgen extra durante unos pocos minutos por ambos lados.
Dejamos que escurran el aceite sobrante sobre papel absorbente y servimos calientes.
Apunte: Esta receta de espárragos rebozados rellenos de jamón ibérico facilita un primer plato rápido y lucido. Hay que servirlos nada más sacarlos del fuego, de lo contrario el plato pierde toda su gracia. Si no tenéis a mano jamón ibérico, podéis utilizar jamón serrano cortado en lonchas muy finas, incluso se puede cambiar el relleno y utilizar salmón ahumado.
Receta de la web Directo al Paladar
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