Una de las imágenes evocadoras de que el frío acecha son las castañas, y una de las postales clásicas del otoño/invierno en Madrid era, cada vez menos, las brasas y el humo blanco del asador callejero de castañas.
Aunque se acostumbra a clasificar dentro del grupo de los frutos secos, la castaña es muy diferente del resto de miembros de este grupo. Su componente principal son los hidratos de carbono, aproximadamente un 40%, mientras que en el resto de frutos secos rondan el 15-20%. Debido a esta proporción tan elevada de hidratos de carbono, las personas con diabetes tendrían que moderar su consumo.
Además, contiene muchas menos proteínas y grasas que el resto de frutos secos; por lo tanto, a pesar de ser una fuente de energía adecuada en situaciones de esfuerzo, no es tan calórica como otras.
También hay que destacar su contenido en potasio, recomendable en casos de hipertensión, y en ácido fólico, muy beneficioso durante el embarazo. Es fuente también de vitaminas antioxidantes como la E y la B3.
Las primeras castañas frescas aparecen en el mercado en otoño y, dado que se pueden conservar con facilidad, es posible encontrarlas hasta finales de invierno. Sirva como pista a la hora de adquirir castañas que hay tener en cuenta el estado de la piel o cuero externo. Una corteza brillante y lustrosa es señal externa de la calidad del fruto.
En Frutas Charito puede encontrar castañas frescas, peladas, precocidas y envasadas al vacío…. Una vez en su domicilio se deben conservar en un lugar fresco y seco hasta el momento de su consumo o utilización. Si están peladas y cocidas, se pueden conservar durante algunos días en el refrigerador. También se pueden congelar, tanto crudas como cocidas, y de este modo se mantienen en buenas condiciones durante aproximadamente 6 meses.
Se aconseja colocar las castañas frescas extendidas en cestos. Nunca se deben introducir en bolsas de plástico, ya que acabarían enmoheciéndose.
El consumo de castañas crudas no está muy extendido, ya que de esta manera resultan ásperas y duras. Se suelen someter a un tratamiento culinario previo a su consumo, asándolas o cociéndolas.
Si se van a consumir las castañas asadas no es preciso pelarlas previamente, basta con hacerles un corte en la corteza para evitar que se revienten durante su preparación. Por el contrario, es necesario pelarlas si se van a cocer.
Las castañas se emplean desde hace tiempo en multitud de receta. Enteras o en puré, suponen una excelente guarnición para la carne de caza, combina muy bien con todo tipo de aves y carnes, así como con otros vegetales. Las castañas constituyen un ingrediente fundamental de muchas recetas de repostería, más o menos complicadas. Hurgando en la memoria a muchos les vendrá el recuerdo de un postre muy tradicional en España, como eran las castañas cocidas con anís.
Receta de sopa de castañas y setas
Ingredientes:
1 litro de caldo de pollo
250 gr. de castañas peladas
30 gr. de setas
Nata líquida
3 lonchas de jamón ibérico
Sal
Pimienta
Comenzamos hidratando las setas poniéndolas en un colador bajo el grifo del agua fría. Limpiamos bien y dejamos reposando en agua templada entre 20 y 30 minutos. Las cortamos en trozos pequeños.
Cortamos también el jamón.
En una olla vertemos el caldo de pollo, añadimos las castañas y cocemos a fuego medio hasta que queden blandas. Retiramos y reservamos algunas castañas. El resto las pasamos junto con el caldo de cocción por la batidora hasta lograr la textura deseada.
Salpimentamos y añadimos las setas. Volvemos a poner al fuego y mantenemos a fuego lento unos minutos más. Sumamos un poco de nata líquida y el jamón.
Removemos, retiramos y servimos añadiendo las castañas que habíamos reservados previamente.
Receta de ABCdeSevilla
Más información, pedidos o compra on-line en nuestra web Frutas Charito