Unos rinden culto a Messi, bien está. Para muchos es el fútbol personificado. En Carnes Cesáreo Gómez rendimos pleitesía a otra influencia venida de la Pampa, menos mediática pero mucho más sabrosa: el asado argentino, del que somos devotos seguidores.
Desde hace años venimos emulando a nuestros colegas del otro lado del Atlántico y preparamos y comercializamos los cortes clásicos argentinos, pero en nuestro caso con materia prima nacional. Una suerte de conjunción en la que aprovechamos lo mejor de ambos mundos: su arte y particularidad a la hora de aplicar los cuchillos para extraer piezas únicas y la esencia de nuestras carnes, razas protegidas de reconocido prestigio. El resultado final nos ha granjeado el reconocimiento de parrilleros y asadores que gustan de preparar al fuego los trozos de carne de res al más puro estilo de los creadores del tango.
Hablar de gastronomía argentina es hacerlo del asado, el plato típico por excelencia. A pesar de que su preparación solo requiere tener una parrilla y una carne de calidad, su elaboración va más allá, puesto que la carne vacuna no es igual en todas las zonas del animal. Aquí entran en juego los cortes de carne, muy diferentes entre ellos. Si estás pensando hacer una barbacoa en casa, no olvides tener en cuenta estos detalles.
Tira de asado
La tira de asado es un clásico corte de asado argentino en el que la carne se corta en dirección perpendicular a las costillas. En lugar de separar cada costilla de forma longitudinal, como habitualmente acostumbramos a verlas, el corte se da de forma transversal, dejando tiras de unos cuatro centímetros aproximadamente y que contienen cuatro o cinco huesos de costilla.
Este tipo de carne está llena de sabor para asar tanto en la parrilla como a las brasas, además de resultar divertida de comer, ya que la mejor carne es la que está pegada al hueso. En general se prefieren las primeras costillas, ya que tienen menos grasa y más sabor, si bien es cierto que son más finas que las siguientes.
Bife de chorizo
Los bifes son la denominación argentina de los filetes gruesos del lomo de ternera o buey. A pesar de su nombre, el bife de chorizo nada tiene que ver con lo que conocemos con el mismo nombre. Esta pieza se corresponde con lo que en España se conoce como chuletones de lomo alto, una parte muy jugosa del animal y que resulta ideal para asar a la brasa o a la parrilla. Al igual que en el corte anterior y como suele ocurrir con toda la carne de hueso, los bifes son muy apreciados por su sabor y ternura.
Bife angosto
Los bifes angostos son los chuletones de lomo bajo, que pueden presentarse con hueso (chuletones) o sin él (entrecots). Su carne es tierna, un sabor intenso y el punto justo de grasa, lo que hacen de él uno de los preferidos en las barbacoas.
Matambre
Uno de los más conocidos, situado entre las costillas de la vaca y la piel. Su carne es ideal para hacerla en la parrilla. En España equivale a la aleta.
Entraña argentina de ternera
Su intenso sabor hace de este corte uno de los preferidos. Se corresponde con el diafragma de la res y suele encontrarse con una capa de piel dura en el exterior que, si bien es cierto que puede cocinarse para que quede crujiente, lo recomendable es retirarla para que la pieza quede mejor al pasar por la parrilla.
Vacío
Este corte se sitúa en la zona lateral trasera de las vacas, entre las costillas y los huecos de la cadera. Aunque es muy jugosa, también es algo dura por ser bastante fibrosa.
Colita de cuadril
Se corresponde con la tapilla, una pieza de carne sin hueso situada en la parte baja del cuarto trasero de las reses. Las mejores suelen ser las pequeñas, que pesan en torno a 1 y 1,200 kg.
Chorizos criollos
No podíamos terminar de hablar de los cortes de carne argentinos sin hacer mención a los chorizos criollos, de elaboración propia, todo un clásico de la parrilla con el que se suele empezar cualquier parrillada que se precie debido al poco tiempo que se tarda en hacerlos. Un aperitivo delicioso mientras se asa el resto de carne.
Un consejo final: Cuando se saca un bife o churrasco de la plancha es necesario dejar reposar dos minutos antes de servir. Es en ese momento que los jugos de estabilizan y no se pierde tanto en el plato, sino que se concentra más en el corte.
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