Resulta paradójico que en un país que se ha convertido en referente mundial de la alimentación equilibrada – llámese dieta mediterránea o simplemente aprovecharse de la profusión de productos que crecen en nuestras huertas – veamos como lo más propio ingerir un píldora como respuesta a una enfermedad, en lugar de utilizar los alimentos como sistema de prevención. No es cuestión de arrinconar a los médicos, se trata de tenerlos lo más alejados posible (discúlpenos el Colegio de Médicos). Las propiedades inmunológicas, el aporte energético y requerimientos nutricionales están en los alimentos, y son frutas, verduras y hortalizas garantes de buena parte de nuestra salud.
Y esto se puede conseguir a lo largo de todo el año. Pongamos por caso las verduras de otoño-invierno. Cada una de ellas, desde las más humildes a los productos con mayor arraigo en la gastronomía, colaboran en nutrirnos convenientemente jugando un papel preventivo fundamental para diferentes enfermedades.
Alcachofa: recomendable para los que sufren de anemia, artritis, reumatismo, obesidad… Beneficiosa para enfermedades de hígado, y eficaz para la diabetes y gota. Elige los ejemplares compactos, que no estén muy abiertas y de color verde claro, lo que nos asegurará el punto de crujiente de las hojas.
Recomendación: durarán 1 semana guardándolas en la nevera en una bolsa de plástico cerrada.
Berenjena: digestiva, nutritiva y calmante. Eficaz contra el raquitismo, artritis, inflamaciones de los huesos, gota y reumatismo, inflamaciones de riñones, afecciones hepáticas, etc.., y aconsejable para la desnutrición, indigestiones y estreñimiento, disminuye el colesterol, reduce las grasas sobre el hígado, y excelente para el estómago, bazo e hígado.
Escoja que sean uniformes, con la piel lisa y firme, brillante y de bastante peso. No deben tener la piel arrugada, con manchas o golpes.
Recomendación: aguantan unos 10 días en la nevera y es mejor guardarlas dentro de una bolsa cerrada.
Lombarda: su atractivo color morado, casi púrpura, se debe a la antiocianina, un poderoso antioxidante bueno para la vista, para potenciar el sistema inmunológico y proteger el corazón. Su gran aporte de selenio le otorga propiedades para prevenir distintos tipos de cáncer y reducir la tensión.
Comprar la lombarda que sea compacta y con el fuerte color morado, desechando las que aparezcan amarronadas o clareadas, pues puede significar que su hojas estén lacias.
Recomendación: como las coles resisten perfectamente el frío y puede conservase en la nevera en perfectas condiciones entre 1 ó 2 semanas.
Acelga: tan sencilla pero esconde un sinfín de propiedades. Fortalece el estómago, vigoriza el cerebro, actúa contra los cálculos biliares. Es beneficiosa ante inflamaciones de riñones, de la vesícula biliar, cólicos hepáticos y nefríticos, gota, diabetes, reumatismo, enfermedades de la piel, úlceras, etc…
Escoge las que tengan las hojas más frescas y tiernas, de color brillante y con las pencas (los tallos blancos) duras. Si están amarilleando y las hojas están ásperas, es que están a punto de florecer (o ya lo han hecho) y estarán más amargas.
Recomendación: pueden durar casi 1 semana. Además de para sopas y guisos la puedes blanquear 1 minuto en agua hirviendo y añadir a ensaladas, o cortarla en tiras y saltearla.
La lista es interminable, y todas, de una u otra forma, tiene su peculiar modo de cuidar de nuestro organismo: cardo, romanesco, endivia, espinaca, repollo, brocoli… y tantas otras, de las que hablaremos en su momento.
Una mala práctica de cocinado de las verduras lleva consigo que se pierdan más del 50% de las vitaminas y de las sales minerales, nutrientes “estrella” en estos alimentos.
Como norma general, las verduras se deben lavar en agua fría, no templada ni caliente, antes de cortarlas, para que no se pierdan nutrientes con sus jugos durante el corte.
Al cocer las verduras debemos introducirlas en agua hirviendo, y en el momento en el que estén cocidas, sacarlas del agua hirviendo y refrescarlas al chorro del agua fría, poniéndolas inmediatamente a escurrir para que no queden en exceso lavadas.
Las verduras deben cocerse en agua salada, las verdes destapadas y las blancas con la cazuela cubierta.
No se debe desechar el agua de cocción de las verduras, ya que se encuentran en él disueltos gran parte de los minerales y siempre es útil para añadir a otras preparaciones que precisan líquido, como cocidos, salsas,…
El tiempo de cocción varía si empleamos una olla o cazuela convencional, o bien la olla exprés o a presión. A continuación se detallan un cuadro de tiempos de elaboración.
Tiempo de vitamina C
La tradición manda que la mejor forma de combatir y prevenir los incómodos resfriados, propios de la época, es un suficiente aporte de vitamina C, y no hay mejor forma que disfrutando de los cítricos de la temporada: naranjas y mandarinas. En este caso le presentamos unas mandarinas insuperables, procedentes de la comarca de Vall d’Uxo donde la firma Valmiel las cosecha, y nos las sirve recién recolectadas y sin ningún tratamiento postcosecha, para preservar sus cualidades. Podrá notar el perfume del fruto, que se convierte en un embriagador aroma al desprender su cáscara y en un estallido de sabor en boca.
El rincón de la Navidad
Hay que ser precavido y ya hemos abierto un rincón con los mejores dulces navideños, para que usted pueda ir escogiendo. Mantecados, polvorones, mazapán, frutas escarchadas, fruta de Aragón… comienzan a poner en nuestros mostradores un punto de color y dulzor. Sobre todo los mantecados Rey Felipe II, sin ninguna duda uno de los dulces navideños que más galardones y premios acumula, éxito basado en su tradicional elaboración artesanal, fielmente guardada generación tras generación, que les ha convertido en una leyenda.
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