Nos ponemos en la piel de las am@s de casa en esta Navidad y le proponemos algunas opciones que pueden prepararse con antelación y a sí aprovechar el momento de la estar con la familia, incluidos los cuñados pesados.
La solución es tan simple y tan antigua como el mundo. Esa sabia combinación que une una buena pieza de carne y el horno. Sencillo, jugoso, triunfante y aprovechable al 100%. Incluso si el cálculo de los comensales falla y hemos preparado vianda suficiente como para alimentar un ejército no hay problema, les servirá como fiambre, con una mostaza que se precie, para un excepcional “bocata del día siguiente” de la celebración. La alimentación perfecta para esa jornada por la que intentamos pasar de puntillas, en silencio, y alejados de cacharros y fogones.
En estos 3 videos les mostramos 3 tipos diferentes en cuanto a precio: lomo de buey gallego, lomo de añojo y babilla o cadera de ternera rosada, aunque ya le adelantamos que el rendimiento en todas ellas es perfecto. En todas ellas nos encargamos de bridar la pieza para que no pierda la forma en el proceso de asado (el primer juicio que harán sus invitados es el análisis ocular) y en algunos casos albardamos con finísimas lonchas del mejor tocino, caso de la pieza de babilla de ternera rosada, o con la propia grasa del animal, caso del lomo de buey gallego. En este caso desperdiciarla sería un pecado gravísimo. La finalidad de albardar o envolver la pieza tiene dos objetivos; por un lado, evitar que se dore en exceso la superficie de la pieza, por otro, aportar mayor jugosidad a la carne.
Escoja la que mejor se adapte a gusto y bolsillo, y disfrute.
Nota: La labor de “punto” en el bridado es obra de Manolo, un genio de la alta costura cárnica.
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