Aunque la mejora de las técnicas de cultivo, la investigación en nuevas variedades y la globalización de los mercados de frutas y verduras permite encontrar a lo largo del año casi todo tipo de productos, seguimos apostando por aprovechar la temporalidad de cada artículo, entre otras razones por que económicamente adquirirlos en su tiempo natural es más rentable y por que su momento de sazón no tiene comparación.
Nuestras abuelas ya nos enseñaron como aprovechar la estacionalidad de cada producto para almacenar su sabor y poder utilizarlo en cada momento. La preparación de mermeladas, confituras y salsas no requieren un profundo conocimiento de las artes culinarias (si vamos a la opción más básica) y éstas nos permite desafiar el paso del tiempo.
Pongamos un ejemplo. Es momento de alcachofas, especialmente de las divas de esta hortaliza: las alcachofas de Tudela, y superado su tiempo nos dedicamos a evocar en el paladar su increíble y especial sabor.
Pues bien, le mostramos un sistema sencillo de capturar esa sensación mediante la elaboración de una salsa de alcachofas tan sencilla como resultona. Bastará con cocer las alcachofas limpias, incluyendo el rabillo o pedúnculo – que da mucho sabor – en agua con sal. Al mismo tiempo sofreir unas láminas de ajo en aceite de oliva hasta que doren, pero sin quemar. Sobre esto añada jamón serrano picado hasta que pierda el color crudo.
En el vaso de la trituradora vuelque el contenido de la sartén, las alcachofas en trozos y algo del caldo de la cocción de las mismas. La cantidad de caldo dependerá de la textura que quiera conseguir, aunque hay que recordar que se quiere obtener una salsa con cierta densidad.
Una vez totalmente triturado guarde, en las porciones que mejor considere, en envases cerrados y al congelador. Pasará el tiempo y querrá evocar el peculiar sabor de las alcachofas en, por ejemplo, una pasta. Tan sencillo como descongelar y mezclar. Absolutamente delicioso.
Bien es cierto que siempre podemos ofrecerle conservas de altísima calidad, pero no tendrá el sello de “hecho por uno mismo” y eso tiene un valor añadido.
Tan sencillo como hacer mermelada, como puede comprobar en este video:
Y en este arrebato didáctico de cómo aprovechar al máximo su compra, le proponemos una recomendación para sacar rendimiento a ese fresón o fresa que ha estado más de la cuenta en su frigorífico:
Coctel de fresas y cava
Esta es una receta que sirve para aprovechar esas fresas que en ocasiones se nos maduran más de la cuenta y no están tan tersas para tomarlas solas o con azúcar, pero son las mejores para hacer mermeladas o este coctel que os cuento ahora.
Limpiamos las fresas del pedúnculo y las partes blandas, las lavamos, secamos, troceamos y trituramos, del puré que obtenemos de triturar las fresas ponemos una cucharadita en una copa de cava o de las que tengamos en casa. Terminamos de llenar la copa con cava y tenemos un aperitivo muy bueno para antes de comer o para tomar una copa después del almuerzo. Pensareis que si para aprovechar las fresas tenéis que abrir o comprar una botella de cava casi mejor tirarlas pero en el mercado hay cavas al igual que vinos que no tienen por qué costarnos 20 Euros, hay productos más económicos que son perfectos para este tipo de elaboraciones.
Sugerencia de Mariano Pedraza de El Rincón de la Almazara
Otras recomendaciones:
* Atención a las setas de primavera y en especial a los Perrechicos, o setas de San Jorge. Unas pequeñas delicias que adornan los prados en esta época y piezas cotizadas para los amantes de hongos. Su máxima virtud es el aroma: intenso y embriagador. Basta con limpiarlas someramente con un paño, como mucho ligeramente humedecido, y realizar una mínima preparación en revueltos y salteados.
* En nuestra sección de refrigerados podrá encontrar Pulpa de Guanábana, en envases de 450 gr. de la marca FresKita. Quizás este fruto no le llame la atención, o lo desconoce, pero la guanábana, graviola o chirimoya brasileña, de carne jugosa, aromática de color blanca o algo amarillenta con sabor acido-agridulce similar a la piña o el mango, está muy difundido como tratamiento natural contra algunos de los tipos de células tumorales, aunque no cuenta con el refrendo de la industria farmacológica. Además atesora otras virtudes: diuréticas, vasodilatadores y protectoras del hígado.
* Dos sugerencias en torno a la patata: por un lado, patata egipcia cultivada en sustrato de turba, de increíble calidad y presencia. Por otra parte, hemos encontrado, entre la inmensa variedad que ofrece el mercado, la quintaesencia de las patatas fritas: Patatas fritas Artesanas de Soria, elaboradas con patatas de las altas tierras sorianas, fritas en aceite de oliva y en su punto de sal. Más sabrosas, más sanas, más crujientes, más naturales… que ninguna.
Y como recordatorio apunte que es tiempo de magníficos guisantes, espárragos blancos y trigueros insuperables, de jugosas peras ercolinas, de tomates Ibérikos…, y mucho más
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