En un mundo cambiante y acelerado los sabores de antaño, los tradicionales, alcanzan un valor añadido. Uno de estos productos que recupera este estilo de crianza son nuestros pollos de pueblo, criados en Salamanca, en semilibertad con una alimentación variada y sana, donde predomina el grano y con ausencia total de aditivos, lo que le concede un sabor “de toda la vida”.
Su carne, sin grasa, es muy fina y sabrosa, ideal para realizar platos tradicionales.
Se sacrifican con más de 3 meses de edad, con un peso aproximado de 2 kilos y medio a 3 kilos y medio.
El resultado final es un producto excepcional, capaz de trasladar directamente al paladar los aromas del campo, muy adecuado para preparar platos con un sabor que evoca tiempos pasados y que satisface a los paladares más exigentes.
Aún está a tiempo de degustar los últimos ejemplares de caza de la temporada. Tales como la codornices de las Landas, ave que presenta una carne fina, sabrosa y delicada, con un bajo contenido en grasa. Por su pequeño tamaño se debe calcular aproximadamente dos codornices por comensal.
Otra opción son las perdices de campo, una de las piezas más cotizadas por los cazadores y deseadas en la mesa.
Entre otros productos que podrá encontrar les citaremos dos que por su peculiaridad les permitirá dar un toque especial a sus platos: aceite de trufa y aceite de boletus.
Ambos elaborados con aceite de oliva virgen de la mejor calidad complementado con hongos Boletus Edulis o Trufa. Son capaces de otorgar a los platos un toque final, sutil y elegante, siempre recordando que por su intensidad debe añadirlo con moderación, pues basta una pequeña cantidad para realzar cualquier preparación.