Llega el calor y surgen los melocotones, unos rojos, también llamados de agua o fresquillas, otros amarillos, también denominados de viña, más allá las nectarinas y un poco más lejos los paraguayos. Los hay de piel lisa o aterciopelada, de pulpa blanda y jugosa o de carne prieta. Los hay de sabor dulce o ligeramente acidulado.
Tamaño derroche de diversidad viene dado por que en el mundo se cultivan del orden de dos mil variedades de melocotón (en España llega al centenar) y con cada temporada van surgiendo al mercado más.
Con todo ello, el mayor problema se presenta en encontrar el melocotón ideal, para que su compra no se convierta en una lotería. Por ello en Frutas Charito nos esforzamos en seleccionar los mejores melocotones, dulces y aromáticos, valorando a los productores cuya profesionalidad y experiencia nos han confirmado una calidad de forma constante.
Solucionada esa lotería que algunas veces significa escoger el melocotón “fetén”, les proponemos dar a esta fruta una finalidad diferente a la habitual, comerlos en crudo, tal cual, como siempre se ha hecho, y poder jugar en la cocina aprovechando sus mejores valores (sabor y aroma) en presentaciones bien diferentes, para incluirlos en primeros platos, refrescantes y nutritivos, y no exentos de presencia.
Receta de sopa fría de melocotón, albaricoque y queso de cabra
Ingredientes (4 personas:
3 melocotones
12 albaricoques
Un pepino pequeño
½ pimiento rojo
2 cucharadas de miel
100 g de rulo de cabra
50 ml de vinagre de manzana (ajustar al gusto)
Aceite de oliva virgen extra
Un diente de ajo grande
Dos rebanadas de buen pan de hogaza
Cebollino o perejil
Sal
Pimienta
Pelar y cortar los melocotones en dados. Deshuesar los albaricoques y cortarlos en cuartos. Pelar y despepitar ⅔ del pepino y hacer dados con ⅔ del pimiento (reservar el resto para decorar).
Poner en un bol o tartera la fruta y las hortalizas en dados con el vinagre, la miel, un poco de sal, pimienta, dos cucharadas de aceite, el ajo partido por la mitad y la mitad del queso de cabra. Mezclar bien, tapar y dejar reposar toda la noche en la nevera.
Descartar el ajo y procesar la marinada con ¾ de taza de agua (o más, si queda demasiado espesa), corrigiendo de sal, pimienta y acidez. Enfriar una hora más para que se mezclen bien los sabores.
Poco antes de servir la sopa, cortar el pan en dados y dorar en una sartén con un chorrito de aceite de oliva (poco, no tiene que estar frito). Enfriar sobre un papel de cocina.
Servir la sopa con los tostones de pan, unas láminas finas de pepino y pimiento, un poco de cebollino (o perejil picado), un poco de queso de cabra desmigado, aceite, pimienta.
Receta cortesía de El Comidista. El País
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