Albaricoques y melocotones son ingredientes principales de multitud de riquísimos postres, como esta mousse. Una forma sencilla de disfrutar de los sabores de temporada que aportan estos frutos con hueso.
Ingredientes:
300 gr. albaricoques frescos pelados y troceados 300 gr. melocotones frescos pelados y troceados 200 gr. azúcar, yo uso fructosa 200 gr. nata montada con el azúcar 4 claras de huevo montadas a punto de nieve
Triturar bien los albaricoques y los melocotones, si nos queda demasiado líquido, colar.
Añadir la nata montada, muy suavemente, y luego las claras con movimientos envolventes para evitar que se bajen.
Colocar en moldes individuales o en un cuenco grande.
Poderosos antioxidantes y alta concentración de vitamina C, los frutos rojos se han posicionado como los paladines de la alimentación sana. Quizás no llegue a tener la facultad de rejuvenecer, pero es seguro que posibilitan que el cuerpo se mantenga en el mejor estado posible de bienestar.
Aunque en la naturaleza el color rojo es sinónimo de alerta, los brillantes frutos rojos representan, por el contrario, la esencia de características y cualidades irresistibles, asociadas a diversas sustancias que prometen, entre otros beneficios, el antienvejecimiento y la prevención de dolencias cardiovasculares.
La inclusión de estos frutos en nuestra dieta significa, en lo estético, colores intensos y alegres que dan prestancia a las elaboraciones, en el paladar, intensos sabores que ocupan toda la gama de sensaciones, desde lo dulce a lo ácido, y en lo alimenticio, son fuente de fibra, vitaminas, minerales y oligoelementos, acompañado de sustancias tan milagrosas como los flavonoides, antiocianina y compuestos antioxidantes que protegen nuestras células de los radicales libres, estimulan las defensas, fortalecen nuestro cuerpo y aumentan la capacidad cognitiva. Todo ello en pequeños frutosy bayas, en muchos casos silvestres, de forma y apariencia sugerente que pueden, y deben, alegrar diariamente nuestros menús.
Lo perfecto es comprar este grupo de frutascuando están en un grado de madurez iniciado o, si el consumo ha de ser inmediato, incluso avanzado. Debes guardarlas en el frigorífico, o mantenerlas, al menos, apartadas del calor y la luz, ya que son enemigos irreconciliables.
En general, no resulta conveniente despojarlas de su tallo hasta que las vayas a trocear para su consumo. También es recomendable no partirlas con mucha antelación.
El lavado previo a su consumo ha de realizarse de manera minuciosa, pero siempre con agua fría y con el fruto entero, para evitar que ciertos componentes se pierdan en el agua. Además, no es buena idea dejarlas en remojo, porque las pérdidas nutritivas son mucho mayores.
Arándanos rojos: ricos en antioxidantes
Arándanos: son unas frutas especialmente ricas en antioxidantes. Además, ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares, diferentes tipos de cáncer y son útiles para mejorar la circulación y combatir el colesterol. Grosellas: favorecen el sistema inmunológico y son auténticas bombas de vitamina C Cerezas: ricas en betacarotenos, además de ser depurativas y diuréticas. Para las del Jerte aún tendremos que esperar, pero puede darse el placer de probar las Cerezas Cherry Glamour, cultivadas en Lleida y consumidas en las mesas más exclusivas del todo el mundo.
Frambuesas: son unas frutas muy ricas en vitamina C, una reconocida vitamina con beneficios antioxidantes que ayuda a la hora de prevenir el cáncer, a la vez que neutraliza los diferentes efectos negativos de los radicales libres. Sin olvidar que permite paliar los síntomas de los procesos alérgicos. Fresasy fresones: bajo contenido en azúcar, beneficiosas para combatir al anemia, perfectas por sus beneficios desintoxicantes y refrescantes, y por la multitud de recetas en las que se puede incluir. Atención a nuestras fresas cultivadas, perfectas en forma, color y sabor, o al fresón de Palos. Moras: idóneas para la eterna pelea contra el colesterol, pues ayuda a reducir el colesterol LDL, en román paladino: el malo, mientras que potencia el HDL, el bueno, además de reducir el riesgo de arterioesclerosis.
Si prefiere un consumo inmediato de la mejor combinación de diferente frutos rojos les sugerimos los zumos antioxidantes elaborados cada día y que encntrará en nuestra sección de frío. comercializados por la marca Be Fresh!
Sugerencias:
Espárragos, de los que comienzan a desbordar nuestros puestos, ya sean los trigueros, de la vega del Tajo a su paso por Aranjuez, o potentes espárragos blancos de la huerta de Navarra. Unos y otros, según la preparación que desee realizar, dan como resultado un primer plato magnífico y sano.
Nísperos, anuncian la llegada del buen tiempo. Sabrosos y perfectos para comenzar la operación «bikini» de cara al verano.
Setas de primavera: un año propicio en lluvia da como resultado una buena oferta de setas de temporada. Aproveche las colmenillas o los perrechicos, estos lujos efímeros permite platos excelsos.
1/2kg de frutos rojos al gusto Vinagre de módena Agua 1 vaso de vino tinto 2 cucharadas de azúcar moreno 1 hoja de laurel 1 trozo de canela en rama 1 anís estrellado (opcional)
Lo primero que debes hacer es seleccionar tus frutos rojos favoritos. Puedes escoger, frambuesas, fresas, cerezas, etc., siempre y cuando en su conjunto no superen el medio kilo. Pues esta es la cantidad ideal para no darle un sabor excesivo ni, por el contrario, escaso.
Ahora que ya sabes los frutos rojos que quieres, es el momento de empezar a preparar la salsa. Trocea los frutos rojos más grandes, cómo las fresas, colócalos en una sartén y caliéntalos a fuego lento. Ves removiendo con una cuchara de madera para que no se peguen.
Cuando estén un poco calientes, empieza a agregar 1 cucharada de vinagre de Módena por 2 de agua hasta tapar los frutos rojos. Si no te gusta el vinagre de módena, puedes utilizar zumo de naranja, que también le da un sabor delicioso a la salsa. Déjalo a fuego lento durante 5 minutos, aproximadamente, sin dejar de remover.
Ahora, sube un poco el fuego y añade medio vaso de vino tinto a la salsa de frutos rojos. Para aromatizar la salsa, agrega la canela, el anís estrellado y la hoja de laurel. Aunque estos ingredientes no son estrictamente necesarios, los recomendamos porque le otorgan un mejor sabor.
Cuando el líquido se haya consumido, vierte la otra mitad del vaso de vino y el azúcar moreno. Vuelve a bajar el fuego al mínimo y sigue removiendo. La cantidad de vino tinto puede variar en función de tus gustos, si quieres que el sabor sea más intensa, aumenta la cantidad, y si quieres que se note menos, redúcela. Si la van a tomar niños, te recomendamos que reduzcas considerablemente la cantidad o elimines el vino tinto de la receta.
Con la cuchara ves aplastando los frutos rojos o, si te gustan enteros, déjalos tal cual. Deja la salsa a fuego lento hasta que quede algo más de medio dedo de líquido, luego retírala. Si no te gustan los grumos ni las pepitas de los frutos rojos, puedes batir la salsa y colarla.
¡Y lista! Ya tienes tu salsa de frutos rojos preparada para servir. Esta salsa es ideal para condimentar el magret de pato o darle un toque diferente a los filetes de pavo. Para postres también es perfecta.
Hace poco más de un siglo los agricultores de Nueva Zelanda descubrieron un fruto de origen chino, peludo por fuera y verde por dentro. Hoy es la fruta que mayor implantación tiene en la dieta, gracias a su nulo aporte calórico y porque proporciona enormes cantidades de vitamina C.
Si hubiera que otorgar el título de “fruta del siglo XX” quizás recaería en el kiwi. Poco frutos han tenido un desembarco más exitoso en la alimentación mundial, en un periodo relativamente corto de tiempo, como esta baya peluda, que en sus orígenes se la conocía como grosella china para convertirse, posteriormente, en el comercial nombre de kiwi. Y su penetración en el consumo en España no tiene comparación, pues llegó a convertirse en el primer importador europeo de este fruto, con un consumo de más de 2 kilogramos por habitante y año.
Ahora no se concibe un estilo de vida sano que no se inicie cada mañana con kiwis, incluso sustituyendo al clásico zumo denaranja. Al margen de los gustos de cada uno, y sin desmerecer nuestras valiosísimas naranjas, es bien cierto que el kiwi se ha ganado ese espacio por méritos propios. Todos los estudios sitúan a esta fruta con la puntuación más alta en valor nutritivo entre las frutas más populares (escala que se obtiene en analizando el aporte de vitaminas, antioxidantes, minerales y otros elementos esenciales por 100 gr de cada fruta). El resultado es apabullante.
Aunque habitualmente la variedad más consumida es la Green, el tradicional kiwi verde, la firma Zespri, encargada de la distribución del producto a nivel mundial que pertenece a un colectivo de 2700 agricultores neozelandeses, ha ido suministrando otras variedades como el Gold, kiwi amarillo, o la última novedad, el SunGold, la repanocha en cuanto a valor nutritivo. Pero no son los únicos, existen kiwis de grandes (que llegan a pesar 200 gramos), pequeños (de tan solo 2 gramos), de pelo corto o con sus vellosidades extremadamente largas.
Los kiwis Greencon su jugosa pulpa de color verde vivo tienen un sabor intenso, con un refrescante toque ácido. Como sus “hermanos” tienen un alto contenido de vitamina C, un alto aporte de fibra que favorece el trásnsito intestinal y una enzima, la actinidina, que facilita la digestión. Todo con solo 57 kcal por cada 100 gramos.
El kiwi Gold, es de forma un poco más alargada que el verde y con un extremo en forma de corona, de piel de tono marrón claro y lisa. En su interior su pulpa presenta una consistencia aterciopelada y suave de color dorado, de gusto más dulce y éxotico, pues presenta notas de melón, albaricoque, mango y un aporte cítrico.
La superación llega con la variedad Zespri SunGold, el hermano avanzado del kiwi amarillo, salido de la innovación de los cultivadores neozelandeses, pero con el mismo cuidado y respeto a la naturaleza como se hacen las cosas en Nueva Zelanda, considerado el país del mundo más activo en la protección mediaoambiental.
Exteriormente se diferencia del Golden que carece de su acabado en punta. Las diferencias su interior es un sabor más dulce y tropical y que contiene todavía más vitamina C que sus “colegas”. Hágase una idea: con solo 100 gramos de fruta usted duplica la cantidad diaria recomendada, y triplica la cantidad que aportan la naranjay el limón.
Para mejorar paladear la intensidad de su sabor se recomienda tomarlo frío, recién sacado del frigorífico.
Conservación. El Green se puede conservar en la nevera en perfecto estado hasta dos semanas después de comprarlo. Si no quiere que madure demasiado rápido, manténgalo separado de otros tipos de fruta. El kiwi amarillo está listo para comer desde el mismo momento en que se compra. A temperatura ambiente, su conservación es algo más limitada que en el caso de su hermano verde. Si lo conserva en la nevera, se mantendrá en perfecto durante una semana.
Existen muchas más maneras de comer kiwi de las que uno podría pensar. La forma más común es cortándolos por la mitad para comerlos con cuchara. Pero también se pueden pelar, o comérselo con piel, una vez cepillado, de esta forma el aporte de fibra se multiplica. Se pueden utilizar en ensaladas y tartas de frutas o añadirlos al muesli. También pueden formar parte, ya sea en frío o en caliente, de diversos aperitivos, platos principales y postres.
Sugerencias:
Sopas y cremas listas para tomar, del alta calidad y hechas como en casa: vichyssoise, puré de verduras, crema de espárragos verdes, crema de calabaza y zanahoria.
Aceite de oliva Virgen Extra . Su calidad es fruto de un tratamiento que respeta el medio ambiente. Obtenido de la primera extracción en frío de las variedades Manzanilla y Cornicabra.
400 g de kiwi Zespri SunGold pelados 40 g de azúcar blanca 30 g de mantequilla 1 plancha de hojaldre fresco Flores comestibles
Hacer un caramelo rubio con el azúcar, calentando éste a fuego bajo en un cazo. Cubrir rápidamente el molde a utilizar con este caramelo. Dejar enfriar.
Cortar a la mitad los kiwis Zespri SunGold, colocar dentro del molde y repartir pequeños trocitos de mantequilla por toda la superficie. Tapar el molde con papel de aluminio e introducir dentro del horno.
Cocinar a 160º C durante 15 minutos. Retirar, destapar y dejar enfriar. Cortar el hojaldre con ayuda de un corta pastas con el tamaño del diámetro, ligeramente superior al del molde.
Disponer el hojaldre sobre la tarta, introduciendo los bordes sobrantes hacia el interior. Pinchar el hojaldre por toda la superficie para evitar que suba demasiado y quede separado de los kiwis Zespri SunGold durante la cocción.
Introducir dentro del horno y cocinar a 180º C durante 20-25 minutos aproximadamente. Retirar y dejar enfriar.
Con sumo cuidado, pasar una herramienta fina alrededor del interior del molde, con el objetivo de separar el tatin. Con un movimiento seco, desmoldar sobre un plato.
Decorar con pétalos de flores comestibles.
Nunca utilizar un molde de abrazadera a no ser que sea hermético, porque todos los jugos se saldrán durante el asado manchando el horno.
Si se desea, se pueden hacer moldes individuales para hacer tartas más pequeñas para cada comensal. Solo hay que encontrar los suficientes moldes o cortar el hojaldre a su medida.
Para todos los consumidores adquirir fresón, y sobre todo el fresón de Huelva, se ha convertido en un hábito común, una forma sencilla y cómoda de ingerir una fruta con todas las propiedades alimenticias.
Pero hasta la llegada a nuestros puestos estos atractivos corazones rojos han realizado un increíble recorrido, que históricamente comenzó en el sur de Estados Unidos en el siglo XIX. En la actualidad los plantones del fruto que usted tiene a su alcance inician su existencia en las zonas alta de la Comunidad de Castilla y León, donde los viveros aseguran la exposición contínua de la planta del fresónal frío, fundamental para su desarrollo y para que su posterior replante en zonas fértiles y cálidas onubenses aseguren una fructificación rápida y segura.
En el entorno del Parque de Doñana, expuestos al aire del oceáno Atlántico, entre campiñas y marismas, las plantaciones de regadío y unas condiciones climáticas excepcionales provocan el milagro del rojo fruto, cuyo tamaño, color, textura y sabor han convertido al fresón de Huelva en un icono de la alimentación, y no solo en España. Todos los mercados de Europa se inundan de esta marea roja, que por vistosidad y calidad de producto no tiene parangón.
Pero las cualidades del fresónno son solo exteriores. En su sabroso interior acumula abundancia de vitamina C, en mayor proporción que los cítricos. Veamos un ejemplo, se considera que la necesidad media de esta vitamina para un adulto es de 60 miligramos al día, pues bastan 100 gramos de fresón para satisfacer en su totalidad el aporte de ésta. Además es fuente de antioxidantes, o lo que es lo mismo un alimento perfecto para bloquear el efecto dañino de los “radicales libres”, responsables de un sinfín de deterioros en nuestro organismo, fruto de la actividad diaria.
Pero las virtudes del fresón no acaban aquí, la misma vitamina C nos permite favorecer la absorción de minerales, caso del hierro –imprescindible para evitar cuadros de anemia y que refuerza nuestra resistencia a las infecciones-, o tiene un importante aporte de potasio, al mismo tiempo que son bajos en sodio.
Debido a su composición son recomendables por su efecto diurético, su significativo aporte de fibra, favorecer el trásito intestinal, ayudar a la formación de colágeno, huesos y dientes, glóbulos rojos y de anticuerpos del sistema inmunológico… En resumidas cuentas, es una de las frutas vitales si lo que quiere conseguir es una alimentación correcta y equilibrada.
Cada día nos encargamos de escoger para usted los mejores ejemplares: frutos gruesos, brillantes y de apariencia fresca. Con su tallo intacto, que solo deberá retirar hasta el momento de consumirlo, y siempre después de su lavado.
Como el calor, el trasporte y la humedad son los enemigos de una correcta conservación del fresón, manipule lo justo el producto, consérvelo en el frigorífico, a ser posible en un plato llano sin amontonarlo, lávelas en el último momento, sin dejarlas en remojo para que no pierda su jugo, y elimine en el último instante el pedúnculo.
Brocheta de fresón, jamón y melón
La forma de consumirlas ya es otro cantar. Las posibilidades son infinitas: al natural –la forma más recomendable para apreciar todo el sabor-, ligeramente azucaradas, con un toque de pimienta o rociadas con zumo de naranja, limón o un buen aceto balsámico, que servirá para realzar los sabores y aromas del fresón, bañadas con un vino o cava, yogur, nata, leche condensada, en salsas, en tartas, como guarnición… Y tan solo hemos mencionado una ínfima parte de las posibilidades.
Para los más golosos
Un forma clásica, y que tiene una enorme aceptación, es el maridaje entre el fresón y el chocolate. Entre los ritos del recién superado San Valentín esta combinación ocupa los primeros puestos, y como creemos que no hay nada mejor que convertir una celebración en una costumbre a lo largo del año les recomendamos la última idea que nos trae la cooperativa Fresón de Palos: kit de fondue de fresón, compuesto de una selección de 1,2 kilos del mejor fresón y el acompañamiento de una tarrina de cobertura de chocolate. Tan sencillo de organizar como calentar la tarrina en el microondas durante 50 ó 60 segundos y sumergir el rojo fruto, cual si una fondue tradicional se tratase. No solo es un maravilloso postre, se convertirá también en una fiesta familiar. Asegurado.
ese placer terrenal, indiscutible hortaliza de la cocina de invierno por su increíble sabor y por la versatilidad en los fogones. Es su momento y podrá prepararlas como ingrediente de menestras, con almejas, con pescados, carnes, jamón, rebozada, integrada en arroces, en guisos… Y no olvide que la generosidad de esta verdura es tal que si las cuece no debe desaprovechar el caldo, pues en esa agua de cocción se mantiene una parte de las propiedades convirtiéndose en un magnífico depurativo del organismo, activando las funciones de hígado y vesícula, genial desintoxicante y facilita la eliminación de líquidos.
ajo madurado cuyo proceso de elaboración es totalmente natural, sin el uso ni aplicación de conservantes u otros aditivos químicos. Se basa en una maduración controlada en determinadas condiciones de humedad y temperatura durante un tiempo prolongado. Como resultado el diente de ajo va adquiriendo tonalidades oscuras hasta convertirse en un ajo completamente negro, con un sabor único, diferente. Dulce y con ligeros toques balsámicos que recuerdan al regaliz, su sabor se relaciona con el sabor «umami», que en japonés significa sabor «gustoso» y es el 5º de los sabores junto con el dulce, ácido, amargo y salado. Además de sus cualidades culinarias, el ajo negro destaca por sus beneficios nutricionales, pues tiene una actividad antioxidante 5 veces mayor que la del ajo habitual.
Masa de hojaldre, suficiente para 4 rectángulos de 12 x 20 cm. 2 peras 100 grs. de fresón 1 magdalena (o restos de bizcocho) 60 grs. chocolate sin leche Azúcar glass
Mezclar en un cuenco las peras -peladas, sin corazón y cortadas en daditos-, el fresón –limpios y cortados pequeños-, la magdalena -troceado- y el chocolate -en pequeños trozos-.
Repartirlo en los rectángulos de hojaldre. Cerrarlos y sellar los bordes.
Disponerlos en una bandeja forrada papel sulfurizado y hornearlos 25-30 minutos a 200 grados.
Dejar enfriar encima de una rejilla y espolvorear con azúcar glass al momento de servirlos.
También se pueden preparar también con pasta filo.
Queremos que se convierta en un experto barman, elaborando su gin tonic perfecto. Para ello le traemos lo mejor de las especias tropicales para reintegrar al cóctel todos los matices.
Resulta extraño que una de las bebidas que mayor auge tenga en la actualidad, el gin tonic, arranque su historia como un remedio contra la enfermedad tropical de la malaria. Pero lo que ahora conocemos como el cóctel inicia su travesía en Perú cuando se empezó a utilizar la cinchonacomo planta curativa, la mujer del virrey consiguió superar el mal gracias a la corteza de esta planta.
Años más tarde lograran extraer el principio activo de esta planta para generar la cura: la quinina, y convertida en pastillas se enviaba a las nuevas colonias europeas en Asia y África. Pero fueron los soldados británicos asentados en la India quienes encontraron la fórmula para hacer más digeribles sus dósis diarias de quinina, disolviendo las pastillas en agua, a la que añadían zumo de lima, ázucar y ginebra. El precusor del popular gin tonic era ya una realidad.
Bastó la visión comercial de personajes como Joseph Priestley, y sobre todo de Johann Jacob Schweppe (¿les suena de algo?) para que se vendiese el agua carbonatada con quinina, lo que comumnmente conocemos como tónica. En la actualidad de las mil y una versiones de tónica que encontraremos pocas son las que mantiene la quinina en su composición, pues la mayoría han optado por emuladores de sabor y edulcorantes.
Desde aquellos tiempos a la degustación actual del cóctel las cosas se han sofisticado en busca del gin tonic perfecto, del que, por supuesto, hay tantos como degustadores de la popular bebida, pero nuestra intención es que usted pueda devolverle esas notas tropicales que son intrínsecas a la chispeante bebida. Para ello les proponemos:
Limas kaffir, semejantes a las limas comunes pero de piel muy rugosa y que proporciona un potente sabor cítrico y floral. Tan solo utilizaremos la piel, pues la pulpa interacciona con el carbónico de la tónica y destruye las burbujas muy rápido. Lo que le quita buen parte de la gracia.
Aunque no siempre se pueden encontrar merecen la pena. Si no ha degustado en alguna ocasión las corujas, o pamplinas, algo le falta. Una planta acuática pequeña y tierna, que crece en fuentes y regatos de aguas cristalinas de zonas de montaña. Realmente es el mejor indicador de que una corriente de agua está libre de contaminantes, de no ser así la coruja simplemente no aparece.
Imagen de www.cocinayaficiones.com
Brotes tiernos que se pueden consumir directamente, sin más que un toque de aceite o de una vinagreta, o sirviendo de acompañamiento a piezas de carne al horno o a la plancha.
Una delicia de la naturaleza que recomendamos se aliñe en la misma mesa por cada comensal, pues sus delicadas hojitas pierden brillantez al contacto con el aliño. Es inevitable, lo delicado merece un trato especial y el espléndido sabor de las corujas lo vale.
Fresón
De Huelva, sin duda. Ha arrancado la temporada y las primeras cajas del rojo fruto nos hace presagiar una magnífica cosecha.
Sin pasar por cámaras frigoríficas ni procedimientos de maduración, conservación o maquillaje, solo naranjas naturales maduradas en el árbol, frescas y naturales al 100%.
Alguien puede pensar que las verduras no forman parte del patrimonio gastronómico de las fiestas navideñas, pero la historia y las enciclopedias del buen comer comer indican todo lo contrario.
Durante siglos la “Olla podrida”, un guiso a fuego lento de carnes, verduras y legumbres, era un plato plenamente navideño, pues además de suculento era una forma tradicional de combatir el frío. Esta misma elaboración tiene su parangón en todos los países occidentales, desde el New England Boiled Dinner (Estados Unidos), pasando por el Hot –Pot Inglés, el Pot-au-feu galo, el Borscht en Rusia y el Bollito misto italiano. Todos ellos de diferente factura pero con un elemento unificador, un plato proteíco donde las verduras no son meras invitadas. Pero fuera de aquella “Olla Podrida”, hoy convertida en los cotidianos cocidos, pucheros, escudellas, etc…, hay recetas con verduras y hortalizas que encarnan el buen comer de estas fiestas, algunas se mantiene perennes en los menús, otras han perdido protagonismo con el paso de los años y el cambio de costumbres, pero todas siguen conformando el corpus gastronómico de muchas regiones. Así la coliflorcon bacalao cocido, en Galicia; la lombarday la ensalada de escarola y granada, en Madrid; el cardo, bien con bechamel, en Aragón, bien con almendras en La Rioja; la berzacon aceite y ajos, en el País Vasco, espárragosen Navarra…
Todo ello viene a colación de seguir respetando el papel que los productos de la huerta deben mantener en las mesas navideñas, por múltiples razones: por que es saludable, por que dará color y vistosidad a los platos, por que son la guarnición perfecta de los platos principales y por que están buenísimas.
del blog Las Cosas de Cósima
Es recomendable y apetecible arrancar los banquetes que nos esperan con una rica sopa o crema con los sabores de las verduras de temporada invernal, caso de de la calabaza, acelga, zanahoria, coliflor… que entonará el cuerpo y nos preparará para digerir satisfactoriamente importante iniciar las copiosas comilonas navideñas.
Puede optar por algo más festivo como es presentar las cremas en formato chupito, donde podrá jugar con los colores, ya sea de las anteriores mencionadas o de apio, de calabacín…, puestos en la mesa compondrán un bodegón colorista y sugerente. Tan solo tiene que dar rienda suelta su imaginación.
Guarniciones verdes para desengrasar
Siempre se ha dicho que hay actores secundarios que son capaces de mejorar una película. Pues así ocurre con las guarniciones y ensaladas que deben acompañar los asados centrales, lo que supondrá un respiro entre grasas y facilitará las digestiones.
Escarolay granadacomponen un clásico, no solo porque en si mismas son una postal navideño, sino por que son una refrescante pausa entre bocado graso. Pero el campo de posibilidades es enorme, escarola con pera, unos canónigoscon orejones, una ensalada de lechugay kaki…, o acompañar el plato principal con las habituales patataso sustituirlas por unas digestivas y deliciosas alcachofas, o unas verduras asadas. Cada plato principal tiene en lo que la huerta ofrece su complemento ideal.
Para los muy sibaritas que quieran poner un punto de sofisticación les anunciamos que disponemos de trufas negras (Tuber melanosporum), las auténticas, las que destacan por su aroma y aportan un sabor único. Uno de los ingredientes más cotizados y que algunos denominan como el diamante negro del sector agrario. Si desea adquirirlas recibimos encargos en el teléfono: 914571625 ó 913440383.
Frutas para depurar
Piña baby
No hay que olvidar que es un momento propicio para sacar provecho de las frutas, una buena piña, perfecta a lo largo del año, se vuelve vital para recuperarse de largas digestiones y depurar nuestro organismo, ya saben, por aquello de que mantenerse limpio por dentro te convierte en sano por fuera.
O apuntarse a la moda de la papaya, jugosa y mantecosa, cuya mayor virtud se esconde en la papaína, una enzima que deshace las proteínas de los alimentos, facilitando su digestión y paliando las incomodidades de una sobremesa pesada.
Y, por supuesto, no se olvide de comprar las uvas de la suerte. Las nuestras la tienen asegurada, y para que no tengan sorpresas, no tienen pepitas.
Desde hace unos días hemos saltado los muros del Mercado de Chamartín para que usted pueda visitar a su gusto nuestros puestos, observar los productos desde la pantalla de su ordenador. Pulse sobre la imagen de nuestra tienda y nos conocerá muy de cerca.
Todos los que componemos Frutas Charito queremos de desearle…
Para la crema de espárragos: Espárragos verdes Bacon Cebolletas Aceite de oliva virgen Sal
Para el puré de coliflor: Coliflor Aceite de oliva Virgen Pimienta blanca Leche Nata Sal
Para la presentación: Pistachos Cebollino Aceite de Orégano
Preparación de la crema de espárragos: Cortar las cebolletas en daditos y rehogar en aceite de oliva virgen hasta que comiencen a ponerse blandas.
Poner el bacon y seguir rehogando.
Limpiar los espárragos y cortar en trocitos pequeños para que se hagan más rápidamente. Añadir a la sarten y terminar de hacer. Rectificar de sal.
Pasar por el minipimer o cualquier otro procesador de alimentos hasta conseguir un puré espeso.
Preparación del puré de coliflor:
Colocar papel siloconado en una bandeja del horno. Lavar la coliflor y quitar todos los tallos, dejando solamente las flores. Pincelar el aceite de oliva virgen por encima, teniendo cuidado para que ningún trocito se quede sin impregnar. Ponerle sal y un poquito de pimienta blanca recién molida.
Poner otra bandeja en la parte baja del horno con agua y calentar a 60 – 70 ºC.
Introducir la bandeja de la coliflor y, a los 10 min., abrir y echar un chorrito de leche por encima.
Continuar asando la verdura e ir revisando cada 10 min. Cuando veamos que se va secando, volvemos a echar otro chorrito de leche. Así hasta que esté tierna y completamente hecha.
Sacar y triturar con un minimipmer o cualquier otro procesador de alimentos.
Al haber asado la verdura, ésta ha perdido parte de su contenido en agua, por lo que admite la adición de un líquido para aligerarla sin que pierda su intenso sabor. En mi caso lo he hecho poniendo leche y un poquito de nata para cocinar (también se podría utilizar caldo). La cantidad a añadir depende de los gustos. Yo no he querido que quedara excesivamente espeso. Comprobar el sabor final y rectificar de sal.
Montaje: Para preparar los vasitos hay que triturar los pistachos con el accesorio del minipimer o similar.
Mojar el borde de cada vaso en un plato hondo con agua y seguidamente pasar por el pistacho picado.
Poner primero la crema de espárragos (mucho mas espesa), y luego añadir el puré de coliflor. Mi truco es utilizar una jeringuilla muy muy gorda (tiene una capacidad de 60 ml. y la conseguí por encargo en una farmacia).
Están terminados con un poquito de cebollino picado y unas gotitas de aceite de orégano preparado en casa.