Masa de hojaldre, suficiente para 4 rectángulos de 12 x 20 cm. 2 peras 100 grs. de fresón 1 magdalena (o restos de bizcocho) 60 grs. chocolate sin leche Azúcar glass
Mezclar en un cuenco las peras -peladas, sin corazón y cortadas en daditos-, el fresón –limpios y cortados pequeños-, la magdalena -troceado- y el chocolate -en pequeños trozos-.
Repartirlo en los rectángulos de hojaldre. Cerrarlos y sellar los bordes.
Disponerlos en una bandeja forrada papel sulfurizado y hornearlos 25-30 minutos a 200 grados.
Dejar enfriar encima de una rejilla y espolvorear con azúcar glass al momento de servirlos.
También se pueden preparar también con pasta filo.
1 kg de espalda de buey, cortada en trozos 2 cc. soperas de aceite de oliva 1 cebolla, picada 2 puerros 2 zanahorias 2 ramas de perejil, picado 2 dientes de ajo 250ml de caldo de buey rebajado 125ml de Guinness Sal Pimienta negra 50g de mantequilla 75g de bacon entreverado, en dados 100g de setas silvestres, si es posible, en láminas 50g de cebollas pequeñas, peladas 25g de harina
Calentar el aceite en una cazuela grande, freír bien la carne. Trasladar a un cacharro.
Saltear los puerros, las zanahorias y el perejil. Añadir la carne y el ajo. Incorporar el caldo y la cerveza Guinness, sazonar. Cocinar a fuego lento durante 1½ horas, aproximadamente.
Sacar la carne de la cazuela y colar el líquido. Desechar las verduras y después, colocar la carne en un cacharro limpio e incorporar el líquido. Saltear con mantequilla el bacon, las setas y las cebollas.
Añadir a la carne. Calentarlo todo de nuevo. Mezclar la harina con la mantequilla restante y remover con la salsa.
Probar para saber si está correctamente sazonado. Servir en un plato sopero con puré de patatas.
4 lomos Skrei 250 gr. de gambas 1/2 vaso vino blanco 1/2 puerro 1/2 pimiento verde 1 zanahoria 1 cebolleta caldo de pescado aceite de oliva virgen extra perejil sal
Pelar y partir menudas las hortalizas.
Pelar las gambas y reservar.
En una cazuela con tres cucharadas de aceite, pochar las hortalizas a fuego lento durante unos minutos. Cuando se empiecen a dorar ligeramente, agregar las cabezas y peladuras de las gambas.
Salar, remover, dejar 2-3 minutos y regar con el vino.
Verter un cucharón de caldo y dejar cocer a fuego lento con la cazuela tapada durante 15 minutos. Si es necesario agregar un poco más de caldo.
Retirar, triturar y pasar por el chino. Tiene que quedar una crema ligera. El caldo es mejor echarlo poco a poco según se necesite, para que la crema no quede demasiado líquida.
Una vez hecha la salsa, pasar a una cazuela baja, disponer encima los lomos de Skrei y dejar hacer a fuego muy suave 6-8 minutos.
Incorporar las gambas un minuto antes de acabar la cocción. Retirar del fuego y dejar reposar.
Se acaba la temporada de caza y hay que aprovechar la oportunidad para disfrutar de la mejor caza de pluma.
Ave que vuela a la cazuela. Es el refrán con el que más nos identificamos. Y en los dos sentidos en que se puede aplicar. Por un lado, el sentido más estricto, nos especializamos en “coger al vuelo” lo mejor en aves para que usted las convierta en platos suculentos, en eso que se ha llamado la gastronomía de la volatería. Por otro, en su sentido figurado de “la ocasión la pinta calva”, y es que aprovechamos la temporada de caza para conformar la mejor oferta en caza menor de pluma que las sesiones de caza presenta en estos días, ya cercanos a la finalización.
Por ello les traemos tres especies fundamentales en la cocina de caza, cada una, por si sola, representa la mayor expresión de la gastronomía de la caza de pluma.
En comparación con el recetario francés, o el asiático, en la gastronomía española la carne de patoes un producto poco utilizado (es evidente que no estamos hablando de los subproductos como el foie gras), a pesar de ser una de las carnes más selectas. Con un beneficio añadido, los animales salvajes y que llegan procedentes de la actividad cinegética, carecen de la capa grasa bajo la piel que tienen sus hermanos criados en granjas, lo que les convierte en una carne con un aporte calórico semejante al de las carnes magras, y con un alto contenido de proteínas de buena calidad, alto valor vitamínico, sobre todo de las hidrosolubles (tiamina, riboflavina, niacina y vitamina B12), una buena fuente de minerales (hierro, fósforo y cinc) y aporta aminoácidos esenciales.
Hay que asegurarse que su carne sea firme, su olor fresco y agradable, y la grasa blanquecina, sin llegar a un tono amarillo. Si se desea una carne más tierna y fina, se han de elegir ejemplares jóvenes.
Los magretso las pechugasresultan exquisitos a la parrilla, al horno o simplemente fritas, siempre y cuando la parte central quede poco hecha. Acompáñese de un sofrito de cebolla, de setas o de champiñones con ajo. Es también muy común, y de resultado óptimo, utilizar salsas de manzana o de ciruelas pasas, como contrapunto de sabor salado y dulce.
Hoy en día el patosigue siendo plato enseña de alguna de las catedrales del buen comer, caso de La Tour d’Argent, con su pato a la sangre, receta tradicional que fue desarrollada en el siglo XIX en el parisino restaurante, donde varias partes (pechugas y muslos) de un pato son servidas en una salsa hecha con su sangre y tuétano, que se extrae con la ayuda de una prensa. Sigue siendo considerada como «el culmen de la elegancia». Fieles a los ritos, al final de una costosísima factura le entregarán un certificado que indica el número exacto de pato que se ha comido usted, empezando a contar desde la creación de este plato, ¡¡¡hace más de cien años!!!!.
De carne fina y sabrosa, es la más apreciada de todas las piezas de pluma de caza. La becadaes un ave migratoria que no llega al tamaño de una paloma(menos de 300 gramos de carne), y con un largo y característico pico, que se respeta durante su elaboración. Su época de caza ideal se corresponde con el invierno y va desde mediados de octubre hasta la primera semana de febrero, aunque dado la predilección por los fríos la presencia de becadasvaría mucho en función de la climatología.
Los precios que alcanza su comercialización se corresponden no sólo con la finura de sus carnes, sino con la dificultad de su captura.
Es tradicional, dentro de las múltiples preparaciones de esta ave, el mantenimiento de los menudos o interiores de la misma hasta que se cocina. Generalmente, se colocan los intestinos y otras partes del interior del cuerpo, salvo la molleja, picados y amasados con un poquito de tocino o de foie-gras y algún licor, como el brandy, y se suele servir untado en una tostada acompañando al ave, bien asada o estofada.
Aparte de su utilización en terrinas, mousses, etc., sobre todo para aquellas becadas que sean un poco viejas y por tanto duras, la preparación por excelencia de la becada ha de resaltar su peculiar sabor a bosque de otoño.
Una gallinácea de los páramos de Escocia, Inglaterra e Irlanda que pasa por ser una de las piezas más buscadas por cazadores, y no solo por su exquisito sabor, también por que no resulta sencillo su captura dada su increíble velocidad y la perfecta mimetización con el paisaje de brezales escoceses donde se esconde.
Perdiz roja escocesa
De tamaño medio, algo más grande que la perdiz común, la Red Grouse es famosa por su extraordinario y exquisito sabor, de intensidad peculiar, que los cocineros asocian más con la caza mayor que con el resto de la caza de pluma. Por ello lo recomendable es preservar su sabor sin grandes artificios, bien asada o, que es la forma más tradicional, guisada en salmis, palabra francesa que designa en líneas generales una reducción de los interiores guisados con vino tinto.
Con su sabor intenso y excepcional a mar, cada pequeño berberecho esconde multitud de nutrientes, vitales para la salud. Uno de los tesoros que las rías gallegas nos ofrecen.
Cada día le ofrecemos la mayor variedad del mejor pescadoy marisco, buscando los mayores niveles de calidad y adecuándonos a la temporalidad del producto, cuidando que la seguridad alimentaria, la frescura y la correcta presentación sean parte de nuestro sello de garantía.
Y la agenda de temporada nos invita a ensalzar hoy las virtudes del berberecho, que en las rías gallegas se encuentra en plena celebración, con fiestas de degustación, como la que se festeja en Foz, donde se rinde culto multitudinario a las excelencias de este bivalvo.
De un tamaño máximo de 5 cm. Este pequeño molusco presenta valvas semiesféricas y abombadas, con una serie de surcos muy marcados, que esconden en su interior una bolita de carne gastronómicamente muy apreciada por un característico sabor a mar, aromática y muy diferente al de otros moluscos. Su forma de corazón le valió el nombre de “corazón comestible”.
Su forma de captura puede ser mediante el marisqueo a pie, la más común y tradicional, en la zona entre mareas, en la que por medio de un rastrillo se remueve la arena donde se encuentran enterrados, o mediante un rastro de vara desde una embarcación, a la que se le denomina marisqueo a flote.
Se caracterizan por presentar un bajo contenido en grasa (0,5 g por 100 g de porción comestible), lo que significa un escasísimo aporte calórico –poco más de 26 Kcal por cada ración media-, y baja cantidad de colesterol, si se compara con otros mariscos. Pero su mayor cualidad está en el aporte de yodo y hierro. Basta una ración de berberechos para cubrir el 80% de la ingesta recomendada de yodo en mujeres y el 64% en hombres, mientras que en el caso del hierro cubre el 74% en mujeres y por completo si se trata de hombres. O lo que es lo mismo, su consumo es ideal para combatir casos de anemia.
Si a esto le añadimos un significativo aporte de vitaminas, como niacina y vitamina A, estamos ante un alimento extraordinario desde el punto de vista nutricional.
Los berberechosfrescos siempre exhalan un intenso y agradable olor a mar. Deseche aquellos que mantengan las valvas completamente abiertas, o si no reaccionan cerrando su concha al presionarlos.
Recuerde que conviene lavarlos convenientemente bajo el chorro de agua, incluso mantenerlos sumergidos en agua fría con sal, para purgarlos de forma adecuada, pues eliminaremos los posible restos de arenilla que acumulen en su interior.
Aún cuando asociamos su consumo al aperitivo, momentos dichosos en torno a una ración y acompañada de cerveza fresquita o un vino blanco adecuado, ya sean crudos –dice la tradición que es mano de santo para la resaca- o al vapor, con o sin limón, cocidos, a la plancha, a la marinera, en sopas, en arroces, con pasta…, o como manda la cánones gallegos, en empanada.
Existe una elaboración típica de A Mariña lucense que integra dos productos autóctonos en un mismo plato: las fabas de Lourenzá con los berberechos de la ría.
Como dato curioso, y que habla de la intensa colaboración del berberechocon el ser humano, no solo la grata sensación en paladar, también nos hemos beneficiado de su concha, que se recicla en la industria conservera para su uso en la obtención de carbonato cálcico, reutilizado en industrias cementeras formando parte del asfalto en carreteras, en la fabricación de piensos para aves ponedoras –pues endurece la cáscaras de los huevos-, elaboración de abonos, en la industria papelera, o en la industria farmacéutica y cosmética, presente en dentífricos y maquillajes. Sigue dando beneficios mucho después de habernos proporcionado todo su sabor.
Pescados de invierno
Recuerde que el besugo sigue teniendo su protagonismo, que ha arrancado la época del bacalao fresco noruego –skrei–, o es tiempo del mero, la caballa, el fletán…, y que en nuestra sección de pescados salvajes brillan con luz propia soberbias lubinas, que como la de la imagen en algunas ocasiones superan los 10 kilos de peso!!!.
O de imponentes calamares de anzuelo, capturados de forma artesanal y mucho más sabrosos y con mejor textura que los pescados con redes.
En resumen, tiene mil y una posibilidades de consumir pescado fresco excepcional.
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Mariscos y pescados en las mesas de Navidad, la combinación que no deja indiferente, no hay posibilidad de error y es la forma segura de convertir en verdaderas fiestas las celebraciones más mágicas.
Todos queremos dar un tono especial a las comidas de celebración de las fiestas, son encuentros familiares pero enmarcados entorno a mesa. Por eso la intención es que, ya sean la cenas de Nochebuena y Nochevieja o la comida de Navidad, tenga ese carácter extraordinario que le aportan platos y productos especiales.
La tradición manda que la estrella de la cena de Nochebuena sea el besugo, donde la preceptiva Vigilia de Navidad marcaba esa fecha con la prohibición de comer carne. De aquel origen religioso quedó la usanza, sobre todo en el interior de la geografía peninsular, de convertir a este voraz marino en el plato principal de la noche.
Desde los puertos del norte hemos seleccionado los mejores besugos de pincho, los capturados uno a uno con el tradicional arte del pincho o anzuelo, sin recibir golpes o someter a más estrés del necesario a cada ejemplar, lo que preserva la firmeza y sabor de su carne, y conservando toda la exquisitez en cada bocado. Somos conscientes del precio que tienen, por ello les cuidamos y mimamos para que usted disfrute de todas sus cualidades, sea cual sea la forma en que ha decidido cocinarlos: al horno o a la parrilla, sobre un lecho de patatas y cebollas y alguna rodajita de limón, o abierto con una fritada de ajo, aceite de oliva y una gotas de vinagre.
Marisco, sin duda
Para muchos, por no asegurar que para todos, el marisco es un imprescindible de los días de fiesta, y no hay mayores fiestas que las navideñas. Y lo tenemos fácil, nuestro país es por variedad y calidad el paraíso de estos frutos del mar. No hay costa en nuestra geografía donde no se capturen y se haga alarde de crustáceos y moluscos, el ranking de los más consumidos podría ser:
Almejas, pocas cosas hay más deliciosas que una almeja cruda con unas gotitas de limón, con su profundo sabor a mar y su especial textura. La perfectas para comer en crudo son las denominadas finas y por origen las más preciadas las de Carril, en la ría de Arousa.
Gambas y langostinos, frescos o cocidos, los más populares entre el marisco y un clásico de la fiesta. Riquísimos.
Cigalas, las tenemos terciadas o pequeñas, pero ambas excelentes, y ambas nacionales. De color rojo brillante y carne prieta, para ser cocidas o servir a la plancha, pero siempre con un sabor inigualable.
Bogavante, el codiciado, sobre todo si es gallego, como el nuestro. Podrá escoger usted mismo cuál será el ejemplar que decore su mesa y satisfaga su paladar, pues lo puede escoger vivo de nuestro vivero propio, o si se lo entregamos ya cocido, preparado para hincarle el diente.
Percebes gallegos
Centollo, por supuesto gallego, que tiene un sabor más intenso que los que se capturan en otras costas europeas. Como el anterior puede pescarlo en nuestras piscinas (no se preocupe, nos preocuparemos de que no se moje) o llevárselo en su punto óptimo de cocción.
Nécoras, gallegas, sin duda. Para los amantes de lo sabroso, y de los que no le ponen peros al chupeteo, para extraer toda la esencia del mar que esconde en su caparazón.
Ostras, con la misma calidad que si las comprase de las tradicionales ostreras en el barrio de La Piedra, de Vigo. Fresquísimas y deliciosas.
Percebe, el nuestro, gordo y rotundo, con todo el sabor marino. Por muchos que se coma siempre les parecerá pocos.
Langosta del Mediterráneo, las estrellas de nuestro vivero, dispuestas para saltar a su mesa. Una delicia.
Recuerde que en nuestra sección de congelados disponemos de la más extraordinaria variedad de marisco congelado, incluidas algunas variedades que por su alejado origen no es posible que pueda degustarlo de otra forma, caso del cangrejo rey de Alaska o el cangrejo de caparazón blando, dos bocados que les recomendamos encarecidamente prueben. Merece la pena.
Cocinamos para usted
Sabemos de la complejidad de la organización de las comidas y cenas de estos días, por ello nuestro Obrador está en plena ebullición preparando nuestras especialidades de cocina para llevar, y hemos organizado una lista de platos que usted puede llevarse a su domicilio y, sin esfuerzo, vestir su mesa con exquisiteces. El resultado está asegurado y podrá presumir de gran cociner@. Nosotros le guardaremos el secreto.
Tan solo les recordaremos algunos de los platos que mejores críticas han cosechado: cremas de nécoras (sublime, palabra de honor), croquetas de merluza, carabinero o chipirón, pastel de cabracho, merluza o carabineros, salpicón de marisco… Pero el menú es muchísimo más amplio.
Un último ruego: póngase en contacto con nosotros, consúltenos sobre las especialidades que desea adquirir, indíquenos en que momento desea recogerlas y le evitaremos que pierda el tiempo en esperas innecesarias. Sabemos que su tiempo es muy importante y nada nos disgusta más que hacérselo perder.
Desde Pescadería Ernesto Prieto les deseamos que disfrute de una
Feliz Navidad
y les deseamos lo mejor para el próximo año 2015
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Para la crema de espárragos: Espárragos verdes Bacon Cebolletas Aceite de oliva virgen Sal
Para el puré de coliflor: Coliflor Aceite de oliva Virgen Pimienta blanca Leche Nata Sal
Para la presentación: Pistachos Cebollino Aceite de Orégano
Preparación de la crema de espárragos: Cortar las cebolletas en daditos y rehogar en aceite de oliva virgen hasta que comiencen a ponerse blandas.
Poner el bacon y seguir rehogando.
Limpiar los espárragos y cortar en trocitos pequeños para que se hagan más rápidamente. Añadir a la sarten y terminar de hacer. Rectificar de sal.
Pasar por el minipimer o cualquier otro procesador de alimentos hasta conseguir un puré espeso.
Preparación del puré de coliflor:
Colocar papel siloconado en una bandeja del horno. Lavar la coliflor y quitar todos los tallos, dejando solamente las flores. Pincelar el aceite de oliva virgen por encima, teniendo cuidado para que ningún trocito se quede sin impregnar. Ponerle sal y un poquito de pimienta blanca recién molida.
Poner otra bandeja en la parte baja del horno con agua y calentar a 60 – 70 ºC.
Introducir la bandeja de la coliflor y, a los 10 min., abrir y echar un chorrito de leche por encima.
Continuar asando la verdura e ir revisando cada 10 min. Cuando veamos que se va secando, volvemos a echar otro chorrito de leche. Así hasta que esté tierna y completamente hecha.
Sacar y triturar con un minimipmer o cualquier otro procesador de alimentos.
Al haber asado la verdura, ésta ha perdido parte de su contenido en agua, por lo que admite la adición de un líquido para aligerarla sin que pierda su intenso sabor. En mi caso lo he hecho poniendo leche y un poquito de nata para cocinar (también se podría utilizar caldo). La cantidad a añadir depende de los gustos. Yo no he querido que quedara excesivamente espeso. Comprobar el sabor final y rectificar de sal.
Montaje: Para preparar los vasitos hay que triturar los pistachos con el accesorio del minipimer o similar.
Mojar el borde de cada vaso en un plato hondo con agua y seguidamente pasar por el pistacho picado.
Poner primero la crema de espárragos (mucho mas espesa), y luego añadir el puré de coliflor. Mi truco es utilizar una jeringuilla muy muy gorda (tiene una capacidad de 60 ml. y la conseguí por encargo en una farmacia).
Están terminados con un poquito de cebollino picado y unas gotitas de aceite de orégano preparado en casa.
1 rodaballo de 1,5 Kg 1 Kg. de patatas (gallegas preferiblemente) 500 g. de almeja gallega 1 cebolla grande 1 vaso de vino blanco (ribeiro, godello o albariño) 2 dientes de ajo 2 cucharadas de perejil fresco Aceite de oliva virgen extra Sal (al gusto)
Pondremos las almejas en remojo al menos un par de horas antes de cocinar, ya que luego es bastante desagradable el toparse con restos de arena al comerlas. Les echaremos un puñado de sal gruesa, y cambiaremos el agua 2-3 veces. Os recomiendo comprarlas lo más frescas posible y cocinarlas el mismo día, para aprovechar al máximo su calidad y auténtico sabor a mar.
El rodaballo lo vamos a cocinar directamente en la bandeja metálica del horno, por lo que tendréis que tenerla limpia previamente. La engrasamos con aceite en la base, donde luego irán los alimentos.
Pelamos las patatas y las cortamos en panadera (a lo ancho), en rodajas. La cebolla también las cortamos en láminas finas. Freímos las patatas en aceite bien caliente durante 5 min para que queden a medio punto, y luego acaben de hacerse en el horno. Reservamos sobre papel de cocina absorbente, para que suelten el exceso de aceite.
Ponemos a precalentar el horno, 10 minutos a 200º C.
Picamos el ajo y el perejil bien finos. En un cuenco, los mezclamos junto a 5 cucharadas de aceite de oliva. Este será el aderezo para el rodaballo. Lo dejamos macerar hasta usarlo más adelante.
En la bandeja de horno, colocamos una base de patata y salamos. Por encima, la cebolla en rodajas, que también salamos ligeramente y la regamos con un buen chorro de aceite de oliva virgen extra. Lo lógico es que hagáis está base del tamaño aproximado del pescado, para que así quede tapada durante el horneado.
Colocamos sobre esta base el pescado (con la parte blanca hacia abajo), que previamente hemos salado al gusto, y regamos todo con el vaso de vino blanco. Debe de quedar líquido en la bandeja, así de esta forma no se secará el rodaballo y se cocinará con el aroma y sabor del vino.
Colocamos en la parte central del horno, y cocinamos 25 minutos a 180º C. El cálculo habitual es de 20 minutos para una pieza de 1 Kg., e ir subiendo un poco en función del peso total. Por ejemplo, si tenemos un rodaballo de 2 Kg., lo tendríamos en el horno unos 30 minutos.
En una olla aparte, echamos medio vaso de agua, añadimos las almejas y ponemos a fuego fuerte. En tan solo 2-3 minutos estarán abiertas. Las retiramos con una espumadera y desechamos las que no se hayan abierto.
Cuando falten 5 minutos del tiempo total, abrimos el horno y aderezamos el pescado con la mezcla que teníamos, repartiendo uniformemente. Colocamos igualmente las almejas por toda la fuente. Dejamos cocinar otros 5 minutos y listo.
Retiramos del horno y llevamos directamente la bandeja a la mesa. Con una espumadera metálica o similar vamos sirviendo el pescado por los cortes previamente hechos, acompañado de la guarnición y las almejas. También habrá quedado en la fuente una salsa deliciosa, con los jugos del pescado y el vino en armonía.
2 Piernas de cordero 8 Dientes de ajo 1 Rama de romero 50 g de manteca de cordero 4 Patatas medianas 2 Cebolla 2 Ramitas de perejil Sal Pimienta Agua
Pela las patatas y las cortas en rodajas.
Pela la cebolla y la cortas en rodajas.
A los ajos les haces un corte en el centro.
Lava el perejil y lo picas.
Precalienta el horno a 165º.
Salpimenta las piernas de cordero y las pones en una cazuela de barro o en una bandeja de horno.
Unta las piernas con la manteca de cerdo.
Añade a la cazuela los ajos y el romero, le echas 2 casos de agua y lo introduces en el horno a 165º durante 30 minutos.
Pasados los 30 minutos sacas la cazuela del horno y le das la vuelta a las piernas, lo vuelve a introducir en el horno y lo dejas 30 minutos más.
Saca el cordero del horno y lo retiras de la cazuela.
Añade en la cazuela las patatas, la cebolla, previamente salpimentadas, y el perejil picado.
Vuelve a poner el cordero en la cazuela y le echas un par de vasos mas de agua.
Lo vuelves a introducir al horno a 200º durante 30 minutos aproximadamente.
Lo sacas del horno y le das la vuelta a las piernas, lo vuelves a introducir y otros 30 minutos a 200º, hasta que este bien dorado.
Manjar del mar, seña de identidad de muchas culturas gastronómicas, el pulpo es uno de los productos que mayor aporte nutricional puede suministrarnos. En Pescadería Ernesto Prieto le mostramos una especial devoción y le otorgamos la importancia que se merece.
Aunque no seamos conscientes, el pulpo es uno de los animales que más presencia tiene en nuestras vidas. ¿Qué no se lo creen?. Vamos con el juego: desde actor de las más emocionantes historias submarinas de Julio Verne hasta pitoniso en un mundial de fútbol. De adjetivo para designar a un “sobón” hasta instrumento para sujetar cargas en los vehículos. Y mejor no seguir que podríamos eternizarnos y no era más que una broma.
Pero sobre todo el pulpo es un manjar presente en la gastronomía mundial, alimento principal de la tradición culinaria a lo largo de todas las culturas y seña de identidad de alguna regiones de nuestro país, caso del pulpo a feira (aunque su origen se situé más en las feria comerciales de la Maragatería que en las costas gallegas).
Perteneciente a la familia de los moluscos blandos, su carne, de textura gelatinosa y suave, goza de un excelente sabor, sin duda debido a la excelente alimentación que se proporciona basada en crustáceos, moluscos y peces. Pero, además, desde un punto de vista nutricional el pulpo destaca por su altísimo contenido en minerales, entre los que nos encontramos –sobretodo- con el zinc, un nutriente fundamental en el mantenimiento de las defensas. Respecto a las vitaminas, aporta prácticamente la misma cantidad de niacina que el pescado azul, un nutriente igual de fundamental para la producción de energía.
Si a eso añadimos que tiene un bajo aporte calórico -un pulpo cocido contiene aproximadamente 139 calorías por cada ración de 85 gramos-, y que su contenido en colesterol y grasas es relativamente bajo, le convierte en un alimento muy sano.
En la cocina se muestra versátil y sabroso: asado, frito, a la parrilla o simplemente hervido, este molusco cuenta con grandes aliados en los fogones: aceite de oliva, pimentón, ajo, limón o salsa de soja son algunos de los ingredientes que mejor resaltan su sabor.
Si la receta que mayor transcendencia ha tenido es el pulpo a feira (la clásica cocido y aderezado con aceite de oliva y pimentón -acompáñese de un buenos cachelos si es de su antojo-, no es, ni con mucho la única. Aquí va alguna, y todas suficientemente reverenciadas por los mejores comilones: Pulpo a la sanabresa (cocido y después rehogado con cebolla, ajo y pimentón dulce), estofado en vino tinto, pulpo guisado con pasta, guiso de patatas y pulpo o en sus versión al horno, al estilo murciano o pulpo en vinagreta.
* Pulpo refrigerado, al que hemos realizado el proceso de congelación previa que evita la ancestral “paliza” que ablande los tejidos del animal, y que usted podrá cocer en su domicilio.
Sobre la manera de cocer pulpo existen tantas como cefalópodos en el mar (que con sal, que sin sal, que con cebolla, que sin ella…). Usted decide, aquí le dejamos un video, de los muchos que podrá encontrar, a cargo del blog Chipirón Azul, que utiliza un método correcto:
* Pulpo cocido. Seleccionamos las mejores piezas y se lo entregamos ya cocido en cómodos e higiénicos envases al vacío, para preservar todas sus propiedades, nutrientes y sabor, conservando la calidad del producto.
En su casa tan solo tendrá que sumergirlo en agua caliente durante unos minutos, sacar del envase, elegir el corte y aliñarlo a su gusto.
Tan sencillo y fácil.
Pulpo cocido y envasado al vacio
*Empanada de pulpo. Hemos elegido los mejores artesanos para llevar a su hogar la empanada perfecta de pulpo, tanto en su masa crujiente y fina, como en su delicado relleno. Una empanada como las de antes, una delicia gallega que no le va a defraudar.
* Ensalada de wakame con pulpo, un clásico de la cocina japonesa donde se combinan sutilmente los sabores de alga wakame y finas piezas de pulpo que dan como resultado una explosión de mar en cada bocado.
Wakame Salad
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